Yo también tengo miedo

El título ya te da una pista de lo que vas a descubrir antes de abrir el libro pero nunca te esperas que vaya a ser tan impactante, tanto a nivel visual como a nivel narrativo.Quienes seguimos en redes a Fran Ferriz sabemos que sus ilustraciones son siempre increíbles y nunca te dejan indiferente. Se nota la pasión con las que las hace, el mimo que le pone a los detalles, su estilo que es inconfundible y la capacidad que tiene para transmitir de una forma muy directa. No iba a ser diferente en este libro... Las ilustraciones son una parte importante de la trama porque te ayudan a introducirte más en la historia, te dan una visión más personal de lo que estás leyendo. El tema principal del libro es la salud mental del protagonista. Fran ha conseguido que se entienda los conflictos internos de Dante, conforme vas leyendo sientes su miedo, su culpa, su angustia,... consigue que a ratos le odies y a ratos te identifiques con él. Los diálogos son una parte muy importante del desarrollo de la historia. Con ellos vamos conociendo de una forma muy natural y cercana, lo que piensa y siente cada personaje. Están escritos con diferentes tipografías dependiendo del personaje, para mí ha sido un acierto. El narrador aporta el humor necesario en los momentos más duros que no son pocos. Recomiendo su lectura, seas o no fan del autor. Tratar un tema tan delicado de una forma tan personal y tan sincera, ser capaz de enfrentarte a tus miedos y querer cambiar es algo que deberíamos de hacer todos porque ¿quién no ha tenido o tiene miedo? 

Una novela ilustrada sobre salud mental con los siguientes puntos clave que forman la trama psicológica que mueve al protagonista: el miedo a volverse loco y a cruzar la raya entre la locura y la cordura que nos cuenta, muestra y dibuja ya desde el capítulo cero; el dolor que provoca a otras personas y que es lo que le aleja de la realidad y el que se infringe así mismo y que es lo que le vuelve a traer de vuelta; el riesgo y el peligro, conductas propias de una de sus sombras, como leitmotiv y esencia que le ayuda a seguir (lo que significa que no hay que cambiar, hay que redirigirse); lo real y la verdad como hoja de ruta y brújula con cuatro nortes; el castigo y la culpa como mochila llena de piedras; y, por último, el perdón, que no es tanto el que él tiene que pedir como el que él tiene que concederse a sí mismo.Una novela que no te puedes perder, sobre todo si te hablas mal; de una manera con la que nunca te dirigirías a otra persona. O si has vivido ese momento en que piensas: "Hostias, necesito ayuda". Que no estás sola, que somos muchas. Con culpa, con pena, con vergüenza. Y con miedo, joder, con mucho miedo.