Este texto es un fragmento de

Historia de la pintura al pastel en España

Toni Bennasar

Capítulo 1

La técnica del pastel, entre el dibujo y la pintura


Muchas fuentes bibliográficas especializadas en técnicas de pintura, ubican la técnica del pastel entre las técnicas del dibujo, junto al carboncillo, la sanguina, tizas, el lápiz, etc. Otras fuentes, la incluyen entre las grandes técnicas de pintura como el óleo, guache, acuarela. No es mi intención clasificar al pastel entre unas u otras técnicas, es más, las clasificaciones en la historia del arte, siempre dejan al margen muchos aspectos importantes y a medida que pasan los años es muy difícil su recuperación por los historiadores del arte.

Los pintores pastelistas de todas las épocas trabajaban y siguen trabajando la técnica del pastel con pigmentación pura, aplicándola directamente sobre el papel u otro soporte. Sin ir más lejos, al pintar con pigmento puro, la técnica del pastel estaría incluida entre las grandes técnicas pictóricas, no obstante, en algunos de sus retratos el pintor pastelista renacentista, dieciochesco o ciertos maestros pastelistas en la actualidad, antes de aplicar el color con la barra de pastel, elaboran un dibujo muy preciso con una barrita de pastel de más dureza o con un lápiz pastel. El pintor pastelista está obligado a pintar y a dibujar al mismo tiempo para que su obra avance, por tanto, esta reflexión sitúa al pastel como una técnica intermedia entre el dibujo y la pintura. Sin embargo, el pastel es una técnica plena de pintura, no solamente, por su alta composición de pigmento seco, sino, por su acabado final de las obras.


Según algunos eruditos y estudiosos sobre esta técnica, aparecerían las primeras menciones a finales del siglo XV en Italia de la mano de Leonardo da Vinci en uno de sus tratados el “Codex Atlanticus”.

Giovanni Paolo Lomazzo en su “Trattato dell'arte della pittura, scoltura et architettura” menciona una serie de “puntas” refiriéndose a las barritas de pastel y a unos “polvos de colores” que evidentemente alude al pigmento.


Algunos catedráticos en Historia del arte de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), confirman que “el proceso químico para fabricar los pasteles es el más simple dentro del conjunto de las técnicas pictóricas en el campo de las Bellas Artes” el pastel carece de aglutinantes o sustancias químicas que interactúan directamente con el pigmento, este proceso químico de fabricación tan simple de los pasteles, hace que “el pastel sea una de las técnicas de pintura en la que el color permanece más estable con el paso del tiempo” lo confirman Alegre Carvajal, E. Tussel García, G. Diáz López J.en el libro “Técnicas y medios artísticos1”. Además, afirman en este libro que “el pastel es más estable que otras técnicas como el óleo al no estar sometido a cambios químicos que siempre se producen con el paso del tiempo o la exposición a la luz”.

José María Parramón en su libro “El gran libro del pastel 2” menciona que en el proceso de fabricación del pastel, se elabora una “pasta” (de ahí deriva el nombre de pastel) compuesta por pigmento puro mezclado con una cantidad mínima de aglutinante (goma arábiga, látex de higo, cola de pescado o el conocido jabón de Marsella) formándose barritas y dejándose secar. Hay que tener en cuenta que para la elaboración de los pasteles se utilizan sobretodo pigmentos inorgánicos de origen mineral, algunos de ellos obtenidos directamente de minerales como el cinabrio, lapislázuli, yeso, caolín, no obstante, antes de la revolución industrial la variedad de pigmentos disponibles para uso artístico era muy limitado y posteriormente la revolución industrial y científica propiciaron su expansión.

El proceso de aplicación del pasteles considerablemente simple. Se necesitan un soporte con cierta rugosidad, un tablero, pinzas, un trapo y los pasteles y como suelo decir a mis alumnos: ¡lo principal son las manos!, con ellas se dibuja y pinta, difuminando el pigmento directamente sobre la superficie del papel u otro soporte, unas manos que se convierten en los más fieles pinceles del pintor pastelista.

En el siglo XVIII se preparaban las superficies para pintar al pastel, lo importante era facilitar el agarre del pigmento en su máxima intensidad a la superficie y por esta razón es sabido que se usaban una base de mezclas de colas y mármol. Los pastelistas actuales siguen usando una infinita variedad de soportes para pintar al pastel. Su premisa sigue siendo la misma que en siglos anteriores: la búsqueda y experimentación de diferentes soportes de grano fino o grueso, que permitan el mayor agarre posible del pigmento puro a la superficie. Papeles hechos artesanalmente, industriales, papel de lija, papel de microfibras de corcho, tela o maderas con imprimaciones específicas para pastel son los soportes más utilizados por los pastelistas actuales.



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