Montañas singulares

Sobre el libro

La obra Montañas singulares recoge catorce trekking / ascensiones a idéntico número de montañas/áreas montañosas en estos tres continentes caracterizadas en su mayoría por ser zonas poco conocidas, singulares, con itinerarios de gran belleza y diversidad entre sí. De muchas de estas rutas hay escasa información, más bien nula, en castellano o no han sido publicadas en medio escrito alguno aún. Se incluyen también los populares Toubkal y Kilimanjaro, pero en ambos casos, ampliandoel radio de acción a cercanas cimas que los escoltan. Las ascensiones discurren por Islandia, Albania, Bosnia, Armenia, Kosovo, Omán, Jordania, Irán, Turkmenistán, Lesoto, Cabo Verde, Tanzania, Marruecos y Camerún.

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Sobre el autor

Ricardo Hernani (Bilbao, 1968). Ingeniero industrial de profesión, casado y padre de dos hijos, es autor de más de un centenar de artículos sobre montañas del País Vasco publicados en diversos medios así como de numerosos artículos sobre montañismo en destinos remotos en las páginas de la revista Pyrenaica a cuyo equipo de redacción pertenece. Entre sus libros figuran Atlas de los techos de estados e islas del mundo (EMF-FVM, 2008) y Valdegovía-Gaubea, 46 pequeños, medianos y largos recorridos (Sua, 2011). Hasta la fecha ha viajado a ochenta y cinco países del mundo siendo desde 2010 miembro fellow de la Royal Geographical Society de Londres.

Formato del libro

El libro estará dividido en dos partes: en la primera estarán los textos y mapas de las rutas; en la segunda, el lector encontrará un anexo con treinta fotos a todo color en papel couché mate de 150gr. con imágenes relacionadas con las catorce rutas que aparecen en el libro. 

Por qué hay que apoyar este libro

«Este libro recoge en sus páginas el descubrimiento personal de geografías olvidadas debido a su propio entorno o a la propia acción del hombre. Son zonas de montaña al alcance de cualquier buen caminante abierto a explorar paisajes y gentes, cansado de las rutas que repiten revistas y medios de difusión del ramo. En Islandia surcamos el glaciar más grande de Europa, una de las travesías menos asistidas a realizar en el viejo continente, en Albania nos convertimos en el tercer grupo extranjero en cinco décadas en ascender su montaña (el primero sin problemas reseñables ya que “antes habían sido tiroteados” –nos cuentan en la aldea-), en Bosnia restregaremos las heridas de la guerra, en Armenia encontramos a los pastores yezidíes adoradores del sol, en Kosovo y Montenegro ascenderemos a los montes que la población local llama “malditos”, en Omán conoceremos la montaña del sol y algunos de los cañones más profundos del planeta, en Jordania buscaremos los límites de las arenas rojas de Wadi Rum en la frontera con Arabia Saudí, en Irán sufriremos las emanaciones gaseosas entre cánticos religiosos y amputados de la guerra de Iraq, en los desiertos de Turkmenistán apenas recuerdan viajeros apareciendo entre las arenas, en Lesoto surcaremos los montes Drakensberg entre los no siempre amistosos pastores basotho, en Cabo Verde descubriremos volcanes emergiendo del azul del Atlántico, en Tanzania y Marruecos tras coronar las cimas más conocidas nos adentraremos en sus cimas aledañas generalmente ignoradas, finalmente en Camerún nos reconciliaremos con algunos de los paisajes más significativos de África: sabana, selva y lava.»

— Ricardo Hernani


Al fondo, cima del Korab


Encuentro con pastores locales

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