Este texto es un fragmento de

Zenica

Sara G. Cortijo

ACTO I

(Salón de una casa. Suena Nothing´s Gonna Hurt You Babe de Cigarettes After Sex. Aska está sentada en el sofá escribiendo en un portátil. Entra Davor, mira con desprecio a Aska quitándole el portátil que ella sostiene).

ASKA.– ¿Qué haces?

DAVOR.– Hay que trabajar.

ASKA.– ¿Ahora?

DAVOR.– El estreno es la semana que viene (retira la mesa y empieza a hacer espacio en el salón).

ASKA.– (Levantándose) Es la quinta vez que ensayamos hoy.

DAVOR.– Tiene que salir perfecto. No quiero hacer el ridículo.

ASKA.– ¿Más?

DAVOR.– ¿A qué te refieres?

ASKA.– La mesa está demasiado cerca (levantándose y moviendo la mesa).

DAVOR.– Di, ¿quién exactamente está haciendo el ridículo?

ASKA.– Vamos directamente al número final. Nos saltamos el principio. No estoy para más.

(Él empieza a calentar. Ella se quita la rebeca que llevaba puesta. Empiezan a estirar).

DAVOR.– ¿Por qué no ensayamos primero la parte inicial? Realmente no va.

ASKA.– Por favor, Davor, te he dicho que estoy cansada. Además, eres tú el que tiene problemas en esa parte.

DAVOR.– Tú también los tienes en la parte final y yo no me niego a ensayarla.

ASKA.– La final, por favor. Empecemos ya. Quiero acostarme pronto.

DAVOR.– ¿Precisamente hoy?

ASKA.– Empecemos ya.

(Empieza a sonar la música de la escena del baile Madison de la película «Bande à part» de Jean-Luc Godard. Empiezan a bailar hasta que pierden el equilibrio y casi se caen, vuelven a intentarlo y vuelven a fallar).

DAVOR.– Es imposible, si los dos no hacemos algo por mantener el equilibrio, esto se cae, ¿lo entiendes?

ASKA.– ¿Crees que no estoy haciendo esfuerzos por seguir creyendo en esto?

DAVOR.– Fuiste tú quien se empeñó en hacer de nuestro hobby un trabajo. De algo que nos divertía a una obligación que ya ninguno de los dos soportamos.

ASKA.– Vamos a dejarlo por hoy. Estoy muy cansada. (Sentándose en el sofá y encendiendo un cigarrillo).

(Davor sale de la habitación dando un portazo).

(Aska se queda a solas, pone de nuevo la música, esta vez suena Yume de Helios, vuelve a coger el ordenador. La pantalla del ordenador se ve reflejada en la pared que hay detrás de ella con el proyector. Aska ha entrado en uno de esos chats para buscar pareja, tras mucho dudarlo, se crea una cuenta, su nombre es «Zenica». Revisa quién está conectado, encuentra el nombre de alguien que le hace gracia, Karenin, tras mucho dudar decide escribirle y comienza el siguiente diálogo que se proyecta en la pantalla).

ZENICA.– ¿Hola?

KARENIN.– ¿Dudas al saludarme o dudas de lo adecuado de estar en este chat?

ZENICA.– Un poco de todo, la verdad…

KARENIN.– Normal, yo tampoco sé muy bien qué hago aquí…

ZENICA.– Me ha hecho gracia tu nombre.

KARENIN.– El tuyo tampoco está mal… ¿de dónde lo has sacado?

ZENICA.– Es una ciudad bosnia, una vez leí en un periódico una historia muy curiosa que ocurrió en ese lugar… ¿Y el tuyo?

KARENIN.– Karenin es el marido de Ana Karenina, soy igual de pringado que él

ZENICA.– No eres el único pringado

(Silencio)

ZENICA.– ¿Hola? ¿Tan mala ha sido mi respuesta? ¿Ya te has ido?

(En ese momento aparece Davor en escena y Aska apaga rápido el portátil bajando la tapa y desaparece lo que se proyectaba en la pared. Davor trae un álbum de fotos en la mano).


DAVOR.– (sentándose en el suelo, al lado de ella). Mira lo que me he encontrado, aquí sonreíamos. (Silencio). Antes te bastaba con unas cervezas, música y mi compañía para estar bien. Ahora parece que nada es suficiente.

ASKA.– No es eso, Davor, solo que últimamente ando muy cansada. Nada más.

DAVOR.– Probemos algo, para ver si todavía funciona. ¡Juguemos a las prendas!

ASKA.– No, Davor, por favor, a las prendas, no. Te pones muy pesado con ese juego. Y luego te cabreas porque los retos que yo te pongo son mucho más divertidos que los tuyos.

DAVOR.– No, no es verdad.

ASKA.– Davor, siempre terminamos igual. Yo, desnuda en el balcón y tú yendo a decirle al vecino del segundo que tiene que desalojar el edificio porque hay un escape de gas.

DAVOR.– Te prometo que esta vez dejaré mis fantasías de adolescente a un lado y me centraré en retos más interesantes.

ASKA.– Ok, acepto. Empecemos. ¿Con quién estaba cuando me hice la cicatriz que tengo aquí? (bajándose el tirante de la camiseta para enseñarle la cicatriz que está en la espalda). Tienes 30 segundos.



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