«Runnig»

Primer día de primavera, sol radiante, lo ve a través de la ventana.
Despierta repleto de energía, de un salto se planta fuera de la cama.
Lo que ve en el espejo le gusta, sonríe, música a punto y acción.
Comenzar el día con una carrera por el parque siempre es genial, al trote con la compañía de Ludovico, una de sus combinaciones predilectas.
Además salir a primera hora tiene otra motivación, el parque es para él, o eso cree...
Sube una de las primeras pendientes aflojando el ritmo, algo que permite a quien va tras él ganar distancia.
Como de costumbre cuestala dichosa pendiente, como de costumbre, unos ojos le miran mientras sube.
El dueño de los ojos acelera el paso, está apenas a unos cincuenta metros, sabe que serán segundos hasta alcanzarle y esprinta, no puede contener las ganas, se encuentra a centímetros, aprieta fuerte su puño, con rabia.
Al llegar a su altura lo hace con el puño en alto, momento en que gira su adversario, al notar este su presencia, no tiene tiempo de reaccionar, solo puede ver como le pasa de largo con el puño en alto mientras grita "síí, te gané" le hace alguna mueca más mientras va dando saltos hasta llegar al final  de la pendiente.
Se siente derrotado, llevan años encontrándose, casi siempre en la misma zona del parque, a primera hora, mientras hacen su carrera matinal.
Tiempo en que han ido manteniendo un pique discreto en la dichosa pendiente, siendo siempre el mismo orden al final de ella, hasta esa mañana en la que le adelantó y llegó primero.
Lo celebra con algunos saltos más, pocos pues en uno de ellos escucha crujir su tobillo.
El día que "ganó" fue el mismo que perdió pues nunca consiguió recuperar ese tobillo