«EL PERSONAJE REBELDE»

Cuando parecía que todo ocurriría como tenía planeado, llega el momento en el que la mente se queda en blanco y no puedes seguir con la historia. ¿Qué hacer entonces? Forzar la situación no parece lo más aconsejable, por que quizás el personaje de tu libro cobra vida propia y no está dispuesto a seguir el camino que le has marcado.—¿Quién te has creído que eres para decidir sobre mi vida? —Me pregunta. —Tu creador. —Le respondo.     Pero el personaje, altivo y rebelde, se niega rotundamente a seguir mis premisas, así que decido a meterle en un cajón, olvidarme de él y esperar a que reflexione sobre su aptitud. Pero forma parte de mí, está metido en mi cabeza y está decidido tomar vida en ese libro que ya no quiero escribir.     Aquella mañana me desperté mas despejado que nunca, con las ideas claras sobre como continuar con mi libro, desayuné e inmediatamente me puse a escribir. Las palabras empezaron a fluir de forma espontánea, casi sin tener que pensarlas. El personaje había reescrito su historia en mi cabeza, se había introducido en lo mas profundo de mis sueños, ya no era dueño de su destino, tan solo el instrumento para contar su historia, no la que yo había planeado, sino la que el deseaba.     Aquel libro fue escrito con mis manos, pero no con mi mente, ni tan siquiera recuerdo ya el nombre de aquel personaje, ni haber escrito aquel libro que lleva mi nombre.