«Metamorfósis»

Han pasado cuatro meses desde la última vez que nos vimos. No hemos vuelto a hablar. Lo entiendo, al fin y al cabo soy yo quien decidió acabar con todo. Sé que no lo esperabas, que te hice daño. Que te he hecho daño.
Sé que ahora tu no lo ves así. Que piensas que es un error y que estás seguro de que juntos hubiesemos estado bien. Siento no estar de acuerdo. Siento no poder pensar igual que tú. Ojalá yo tuviese la misma certeza. Todo hubiese sido más fácil. Era lo que se esperaba de nosotros realmente. Después de prácticamente ocho años de relación, lo siguiente era irnos a vivir juntos. ¿Cuántas veces habíamos hablado de ello?
Lo siento. Cada vez que pienso en ti, llorando, destrozado... algo me atraviesa por dentro. No quiero decir que me plantee volver. Porque no es así. Per siempre te voy a querer, es inevitable. Saber que algo pueda estar haciéndote daño es doloroso. Más aún si la causa de ese intenso dolor soy yo y mis decisiones.
No, no vamos a volver. No va a haber un nosotros como esperábamos hace un tiempo. No vamos a estrenar juntos esos platos que compramos porque te encantaron y te daba miedo no volver a encontrar unos iguales. No va a haber un llavero a juego, típico de cualquier pareja que da el paso de iniciar una vida conjunta bajo un mismo techo. Ni te veré quedarte dormido en el sofá cada noche mientras vemos alguna serie. Nada de esto va a pasar ya.
Cuando supe que te ibas, que dejabas el piso en el que llevabas viviendo desde pequeño, que dejabas el barrio por el que hemos paseado millones de veces, hablando de todo y de nada, del pasado, presente y futuro. Cuando supe que te ibas definitivamente, me invadió una enorme sensación de vacío.
Espero que algún día, aunque sea de aquí a unos años, podamos volver a vernos. Que me cuentes que todo te ha ido bien, que tu vida ha cambiado mucho, igual que la mía. Que te dedicas a lo que te gusta. Que vives en esa casa en la que deseabas vivir. Que has encontrado a quien realmente te complementa. Que entiendes mi decisión. O que almenos la aceptas sin rencor.
De verdad espero que podamos volver a ser amigos. Que aprendamos a querernos, aunque sea de otra manera. Que el cariño que nos tenemos no muera, solo se transforme. Como en una metamorfosis.