«3 minutos»

Mi abogado no dejaba de pasar los folios como si quisiera encontrar algo que pudiera librarme de mi infinita estupidez.

El resultado de todo lo que había ocurrido no era tan malo como el bochorno que estaba pasando:

- ¿Éste es el del museo? Pregunta el juez
- Así es.. - seguido de una risilla, que era de todo, menos disimulada.

Hollywood ha enseñado que se puede planificar un robo y salir airoso. Pero Hollywood es Hollywood, y yo y mi primo los tontos del pueblo. 

El periódico local anunció que en dos días el museo haría una exposición de arte valorado en miles de euros.

- Te digo yo que eso es cogerlo y listo.
- ¿Pero que dices?
- Se nos acabarían todos los problemas. ¿Acaso no te fías de mí? 
- Pues no.
¡Quién me diría a mí! que tras salir de ese bar, esa conversación sería la crónica de una gilipollez anunciada. 

- Tenemos 3 minutos antes que llegue la policía-dijo nada más entrar al edificio. 
Estaba impresionado. Que profesional. Puede que saliera después de todo. 

-!Lo tengo! - Gritó. 

Fuera nos esperaba la policía. Maldición. 

-¿Y los 3 minutos? - Pregunté 
- Yo que sé. Las pelis siempre dan 3 minutos. 

Mi primo con tantas luces como un faro, amenazó con destruir la obra si no le proporcionaban un coche. 

- Lo que tenéis en la mano es un cartel de la obra. La exposición fue la semana pasada. Será mejor que nos acompañeis a comisaría...

- Dime que el periódico era de hoy - Pregunté 
- Yo ... es que... Me lo encontré
- ¿Ni si quiera te diste cuenta si era nuevo? - Grité
- !Para mi lo era!... No lo había leído 

El juez interrumpió mis pensamientos:
- ¿Quiere decir algo? 
- Señoría...- Comencé a decir. 

Mi abogado me lanzó una advertencia silenciosa 
- Si es que soy tonto... Qué le voy a decir...