«Mirada al pasado»

El antebrazo empezó a vibrar esta mañana mientras estaba desayunando. Me recordó la importante cita que teníamos hoy. A nuestra unidad de convivencia nos toca visitar el museo que muestra la vida del siglo XXI.Esperamos en nuestro jardín a la cápsula que nos lleve y se pone a llover. Esto es tan del pasado que pareciera que se hubieran confabulado los fenómenos meteorológicos con nuestro calendario. Unas tímidas gotas que apenas llegan a rozar el suelo, suelo que atravesamos en la entrada al nuevo metro capsular. Salimos otra vez a la superficie asombrados por uno de esos edificios de acero y cristal típicos de las primeras décadas del siglo anterior. Justo de la época de antes de la pandemia. Entramos. Un elenco de actores y personal del museo nos invitan a ponernos ropa que sólo habíamos visto en películas antiguas.
Sala por sala vamos pasando por los acontecimientos más importantes que acontecieron tantos años atrás. Las guerras del petróleo, las guerras del agua, la proliferación de las energías renovables por casi todos los paisajes rurales. Todo muy exótico. Al llegar a la gran sala de la pandemia nos hacen ponernos una mascarilla en la cara y gel hidroalcohólico en las manos, para meternos todavía más en situación. Hay de todo y todo está representado, hospitales desbordados por actores que hacen de personal sanitario y enfermos, militares actores fumigando las calles por las que todavía pasaban coches. Resulta raro ver coches, existieron hace tanto tiempo…da hasta un poco de miedo oír el rugido de sus motores.
Al acabar la visita, no sin antes degustar platos típicos con sabores lejanos en el tiempo, volvemos a la cápsula que nos lleve a nuestra unidad de convivencia pensando en lo afortunados que somos al no tener que convivir con el virus.