Y digo yo... ¿Cómo le cuento  a Begoña que soy diabético?Una repostera, que sueña con su profesión.Solo llevo dos meses con ella y si se lo cuento... me ha dicho varias veces que vaya a su su pastelería, yo no sé que inventar para evitarlo.¡U…

     Cuando aquella joven pareja tuvo su primer hijo, se las prometían muy felices, era la guinda del pastel, el sello definitivo de su amor. Pronto, las cosas se empezaron a torcer y antes de un año, el niño comenzó a enfermar. Después de vi…

Estoy harto de excusas. Harto de que me dejen solo una y otra vez: ya no soporto más abandonos.¡Goshting! A la puta bomba de humo la llaman goshting. ¿Es que nadie tiene empatía en este mundo de hoy? ¿Es que la gente sensible estamos realment…

Tenía que hacerlo. Esta vez no se conformaría con acariciarlo. El preciado metal debía acabar adornando su cuello. Eran los Juegos Olímpicos y quería que el pueblo japonés recordara su nombre por siempre. Amadou Okay era un atleta senegalés q…

Vuelvo a dar otra vuelta en la cama y me quedo mirando a Josh. Duerme plácidamente, despreocupado, mientras yo no paro de repetirme frases, a cada cuál más directa, para contarle lo que desde hace días sé que no voy a poder seguir ocultando.H…

Tamara preparaba el té en silencio, de a ratos miraba por la ventana para comprobar que los niños estaban bien. Esperaba a que su amiga, Miriam, leyera los resultados médicos de su hijo Pedro. Cuando Miriam volvió a la primera hoja no pudo co…

El camino más rápido es cruzar el monte, alto y señorial controlando toda la llanura. La noche recomienda que no lo cruces, pero no puedo hacer otra cosa. La marcha es buena, el aire puro renueva mis pulmones, las estrellas parece que van a c…

- Lo recuerdo perfectamente, casi como si hubiera pasado ayer. No, nieta, no. Nada tiene que ver con mi medicación, me la he tomado toda.Desde su nonagésimo cumpleaños, mi abuela comenzó a comportarse de forma extraña. Todos los jueves al ter…

Deambulaba por las calles de la ciudad sin rumbo, perdido por un lugar que no conocía y al que ni siquiera sé cómo llegué. El frío y la niebla que impedía ver más allá de mis narices caracterizaban una noche tenebrosa que invitaba a los lugar…

Era una noche despejada las estrellas iluminaban el cielo, no había ni un ruido, solo un silencio que estremecía, que despertó mi sentido más mágico poniéndolo en modo alerta, era un ser oscuro más negro que el carbón, como un agujero de negr…