Este texto es un fragmento de

Alrededor del amonite

Luis Velasco, Txemi Terroso y Gori Salvá

Introducción

Los aborígenes australianos cuentan cómo tras la creación, al explorar la Tierra sus primeros habitantes, compusieron innumerables cantos que describían todo aquello que, maravillados, contemplaban por primera vez. Desde entonces, quien pretenda atravesar y orientarse a través de su territorio debe, para no perderse, cantar mientras camina la melodía de esas canciones. De esta forma, el canto se convierte en mapas, en una meditación sobre el paisaje y los materiales del pasado, en un sentimiento de pertenencia e identidad. Los bosquimanos aún hoy creen que si se olvidan las canciones, la Tierra misma morirá.

Mallorca es un territorio repleto de rastros, un sustrato marcado por las huellas de cuantos la habitaron. Así, escalamos montañas en donde se mimetizan fósiles, testimonio de nuestro origen submarino; caminamos flanqueados por muros de piedra impregnados aún de cenizas de encina, de hierro de clavos o arados, de chinas de tejas, de arena de ánforas, de fibras que fueron primero plantas para luego convertirse en redes o maromas antes de desintegrarse. Resuenan aún en el paisaje el esfuerzo, el amor, las envidias y los sueños de nuestros antepasados. 

Nuestro objetivo es ofrecerte, a través de una serie de rutas, un cuaderno de viaje con el que puedas reseguir los trazos de nuestras canciones. Por ello queremos, además de guiarte, sugestionar tus carreras con historias, fotografías, ilustraciones o melodías, para que accedas, si se obra el hechizo, a esa especie de percepción fantástica propia del mundo de las rondaias y corras inmerso en la atmósfera mágica de un cuento.

Puedes, por supuesto, recorrer las rutas caminando, incluso leerlas desde casa e imaginarte allí, pero nosotros querríamos animarte a correrlas. Nos gustaría despertar en ti un deseo incontenible de calzarte y trotar, un ansia de lanzarte a redescubrir la isla en ese estado de excitación permeable que desencadena el ejercicio físico intenso. Para ello deberás moverte a un ritmo que te exija cierto esfuerzo, encontrar la cadencia mínima para vaciar tu cabeza, pero también tendrás que correr a una velocidad alejada de tus límites y no perder nunca el aliento, para mantener tus sentidos atentos a la experiencia emocionante de correr. Conseguirás así interiorizar de una forma única y personal el paisaje, la atmósfera y la idiosincrasia de Mallorca.

Aquí encontrarás rutas de montaña, costeras o de interior, sendas para cuan-do te apetezca echar una carrerita y trayectos en los que darte caña. Pero también hallarás recorridos nocturnos para asustarte un poco, o itinerarios que te llevarán a lugares donde sentir vivas leyendas que creíste cuentos de niños. Pretendemos llevarte a palpar el ambiente de los barrios, las plazas y sus bares, llegar hasta lugares en los que se posan bandadas de flamencos o planean los buitres. Queremos ir con sol, pero también percibir el poder del viento y las olas, abrirnos a todos los prismas de nuestro paisaje. 

¿Mallorca secreta? No, no esperes en esta guía encontrar revelaciones en torno a una Mallorca desconocida, sentirte explorador de rutas ignotas, playas vírgenes o valles olvidados. Ya en 1975, Guillem Frontera iniciaba su reputada Guía secreta de Mallorca, advirtiendo de lo inapropiado de su título, pues «cuando una tierra es grave, irresponsable, desordenada y brutalmente agredida por un ejército incontable de excavadoras y grúas que destruyen el suelo, el subsuelo y el cielo, pocos secretos se salvan de esa fiebre destructora». 

A pesar de eso no quisiéramos permanecer impasibles, limitarnos a escuchar nostálgicos los «ecos cada vez más tenues de la Mallorca que ya no existe» (2). Por el contrario, queremos invitarte a recorrerla, convencidos de que bajo el asfalto sigue la arena de la playa, de que esos ecos siguen latentes en la gente que aún la habita. Estamos convencidos de que tenemos mucho por descubrir si recorremos con una mirada renovada la sierra, el campo, el mar, los pueblos o los caminos. 

Será imprescindible un poco de esfuerzo, pero sobre todo necesitaremos voluntad de viaje, pues en un mundo que se empequeñece y simplifica es cada vez más importante recuperar el anhelo por el descubrimiento de los otros y el curioseo de uno mismo. Este será el conjuro imprescindible para encontrar tesoros, rememorar bandas sonoras y hacer volar la imaginación. ¡Reencontrémonos con esa Mallorca secreta y dirijámonos hacia tierras misteriosas!

Tenemos fe en la capacidad de despertar el afecto y el respeto de quien nos visita alimentando su curiosidad por conocernos. Es hora de explorar nuevos caminos de empatía, nuevas formas de estrechar lazos, otros modos de proteccionismo frente a propios y extraños. Estamos convencidos de que correr y compartir puede ser una magnífica forma de reflexionar en torno a los enormes valores paisajísticos, culturales y etnográficos que aún atesora Mallorca. Correr puede ser un modo, uno más, de reflexionar sobre lo que fuimos y somos, para así replantearnos el futuro, esta vez de una forma sostenible.

Au idò!... ¡Corramos alrededor del amonite! (3)




(1) Bruce Chatwin. The Songlines. 1987.

(2) Jesús Pastor fue el autor de las Rutas escondidas de Mallorca, editadas entre 1964 y 1980 en 84 fascículos. Pastor fue guía y compañía de toda una generación de excursionistas. Hoy representa un documento y un testimonio imprescindible para comprender los cambios paisajísticos y sociales que tuvieron lugar en Mallorca durante la segunda mitad del s.XX.

(3) La palabra Amonites deriva de Ammonis Cornua, que significa “cuernos de Amón”. Son fósiles de moluscos marinos prehistóricos cuya existencia abarca 300 millones de años. Se extinguieron el el Cretáceo, aproximadamente al mismo tiempo que los dinosaurios.




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