Mi primera vez
Mi primera vez…
a media luz, bajo sombras espesas, torpes y ansiosas.
Juguetean a rozarse con movimientos oscilantes,
restriegan sus figuras imperfectas, con prisa,
sobre los rincones reservados al fluir de los sentidos
antes de que la noche silente dé paso a la explosión de los colores,
naciente día, ostracismo de la oscuridad.
Previo al derribo del momento destinado a ser Primero,
la sangre dominante ordena al corazón,
no hay mente discordante, sólo un cuerpo sometido
sin razón,
sólo sentidos capturados por las sombras ansiosas,
naufragando en una intensidad casi eléctrica.
Sangre que marca el ritmo,
impone,
aumenta el futuro colapso.
Nervios
Deseo
Prisa…
Y susurrante la pluma roza el papel.
Esa tarde de verano
Tarde candente
cualquiera
de brillo que ciega
marchita los ojos.
Figura corpórea, intensa, silenciosa
avanzas entre este amarillo condensado
impulsado por la luz.
Ven a la sombra.
Ahora, ahora frente a mi
en este solitario paraíso mío
eres materia,
eres tú, inminente
en esta tarde de verano.
Amor
Anochece. La oscuridad trae escarcha
pero estamos a resguardo. Estamos protegidos,
nos sentimos recogidos,
bien colocados en el momento preciso.
Sentado frente a mí, cubierto, invernal,
hablas y suenas cálido, tranquilo.
Letras que forman dos palabras saliendo de ti,
de tu consciente presencia ante mí,
en un momento elegido entre otros para amarme.
Y en esta guarida no hay noche ni oscuridad,
no hay escarcha ni frío que destemple tu viva certeza,
no hay tiempo constante ni distracciones.
Sólo estás tú dedicado a mí.
Sencillo, simple.
Amor.
Mi primera vez…
a media luz, bajo sombras espesas, torpes y ansiosas.
Juguetean a rozarse con movimientos oscilantes,
restriegan sus figuras imperfectas, con prisa,
sobre los rincones reservados al fluir de los sentidos
antes de que la noche silente dé paso a la explosión de los colores,
naciente día, ostracismo de la oscuridad.
Previo al derribo del momento destinado a ser Primero,
la sangre dominante ordena al corazón,
no hay mente discordante, sólo un cuerpo sometido
sin razón,
sólo sentidos capturados por las sombras ansiosas,
naufragando en una intensidad casi eléctrica.
Sangre que marca el ritmo,
impone,
aumenta el futuro colapso.
Nervios
Deseo
Prisa…
Y susurrante la pluma roza el papel.
Esa tarde de verano
Tarde candente
cualquiera
de brillo que ciega
marchita los ojos.
Figura corpórea, intensa, silenciosa
avanzas entre este amarillo condensado
impulsado por la luz.
Ven a la sombra.
Ahora, ahora frente a mi
en este solitario paraíso mío
eres materia,
eres tú, inminente
en esta tarde de verano.
Amor
Anochece. La oscuridad trae escarcha
pero estamos a resguardo. Estamos protegidos,
nos sentimos recogidos,
bien colocados en el momento preciso.
Sentado frente a mí, cubierto, invernal,
hablas y suenas cálido, tranquilo.
Letras que forman dos palabras saliendo de ti,
de tu consciente presencia ante mí,
en un momento elegido entre otros para amarme.
Y en esta guarida no hay noche ni oscuridad,
no hay escarcha ni frío que destemple tu viva certeza,
no hay tiempo constante ni distracciones.
Sólo estás tú dedicado a mí.
Sencillo, simple.
Amor.