Este texto es un fragmento de

Factor AfD

Andreu Jerez y Franco Delle Donne

Capitulo 6 –Fenómeno  transversal: Los cuatro públicos de AfD

Para comprender el complejo entramado que conforma el electorado del partido Alternative für Deutschland es necesario evitar un error muy común entre quienes analizan el fenómeno AfD. Suponer que el votante de esta fuerza se identifica inexorablemente con el discurso político exaltado y de corte xenófobo utilizado por los voceros del partido es una conclusión reduccionista. En otras palabras,aquel que vota a AfD no está necesariamente apoyando los postulados anti Islam, anti refugiados y anti Europa que agitan los dirigentes del partido.El determinante del voto es producto de una compleja interacción entre las propias creencias, valores e intereses y la imagen que el votante construye sobre el partido y sus líderes.

Este error surge del intento por abordar al fenómeno de AfD a partir del eje ideológico „derecha-izquierda“. Las categorías de izquierda y derecha son prácticas, por ejemplo, para catalogar el discurso político de los dirigentes o el programa del partido. Sin embargo son de difícil aplicación a la hora de analizar la heteregoneidad del electorado de AfD. Un electorado que fue variando sincrónica y diacrónicamente. Alimentadopor la decepción con todos los partidos del espectro político alemán, y en especial por la reincorporación de aquellos que hacía tiempo habían decidido dejar de concurrir a las urnas.

AfD se ha erigido en una opción política para descontentos que necesitan expresarse por fuera del sistema de partidos tradicionales, pero a la vez ejerciendo el derecho a voto. Este grupo conforma un electorado transversal que se compone de varios públicos con intereses y preocupaciones diferenciadas. Naturalmente todos ellos presentan denominadores comunes, pero para localizarlos y entender los posibles determinantes de su voto es preciso analizar varios elementos. Por un lado, sus características políticas y sociales, así como el contexto en el que ejercieron el voto. Esto incluye la ubicación geográfica y la existencia de eventos extraordinarios, tales como la llegada de refugiados. Por otro, es preciso detectarlos frames o marcos interpretativos que se activan en estos públicos y que terminan de delinear su fisonomía.

En este capítulo nos ocuparemos entonces de describir a los cuatro públicos fundamentales de la ultraderecha alemana: el de extrema derecha, el euroescéptico, el anti-Merkel y el vulnerable. Además veremos las importantes diferencias entre las regiones pertenencientes a la ex-RDA, al este de Alemania y los denominados „alte Bundesländer“[1],  al oeste del país.

   

Este análisis nos llevará a entender el clivaje que hasta ahora ha movilizado al votante de AfD: el eje „dentro-fuera“.

 

1. Extrema derecha: la  xenofobia latente

    

El  discurso político de los dirigentes de Alternativa para Alemania ha ido  incorporando paulatinamente elementos propios de laretórica que se conoce como  Rechtspopulismus[2].  Tal como hemos desarrollado en el capítulo 4 este concepto es utilizado por los  expertos para definir a los partidos que sin mayores definiciones se presentan  como los defensores del pueblo, se adjudican el derecho a hablar en su nombre y  en general ofrecen soluciones muy simples a problemas muy complejos. 

   

Para la extrema derecha un partido como AfD es una posibilidad de salir del plano de lo testimonial. En efecto, hoy en día un voto a AfD no es un voto tirado a la basura. Por el contrario, AfD ya ha logrado ocupar 156 escaños en los parlamentos regionales asi como representación a nivel local en una gran cantidad de comunas. Para un militante de extrema derecha, es decir con tendencias radicales, xenofóbicas y racistas, AfD no es solo una opción electoral sino una posibilidad de difundir sus ideas de manera legítima a través de un partido político relativamente establecido.

    

Para  el electorado de extrema derecha AfD es una opción más entre una cantidad no  menor de minúsculos partidos políticos de extrema derecha que en conjunto no  logran superar el 5% de los votos. La gran diferencia entre AfD y este grupo de  fuerzas políticas es que ha logrado estabilizarse. Esto último ha sido el gran  problema de las expresiones políticas de derecha o extrema derecha que han  intentando ocupar el espacio a la derecha de la conservadora Unión  Demócrata-Cristiana (CDU[3]).  En efecto, si tomamos el período que comienza con la caída del muro de Berlín y  la posterior reunificación alemana, han habido varias formaciones políticas muy  similares a AfD en tanto discurso político y en relación a su capacidad para  atraer al votante ultraconservador o incluso de extrema derecha. 

    

El  partido Nacional-Democrático Alemán (NDP)[4]  fundado en los años sesenta nunca ha logrado alcanzar el 5% de los votos en una  elección federal. Sin embargo, luego de la reunificación ya en la década de los  2000, logró escaños en dos parlamentos regionales del este,  Mecklenburg-Vorpommern y Sachsen, en dos legislaturas consecutivas. Pese a  estos dos hitos electorales de la extrema derecha, y de ser durante décadas la  fuerza política más representativa de la ultraderecha alemana, el NPD nunca fue  capaz dequitarse el mote de partido neonazi, o nunca quiso hacerlo. En este  sentido, con las mencionadas excepciones, este partido nunca estuvo ni estará  en condiciones de conformar una oferta política seria. Algo que sí a logrado  Alternative für Deutschland. Además del NPD existen varios partidos que caen en  la bolsa de la extrema derecha. Los invotables. Los outsiders que pese a estar  a la derecha de la CDU, se dan como descontados y no participan en lo más  mínimo en la construcción de la agenda pública de temas.

    

Hubo  otras fuerzas políticas que lograron un respaldo mayor que aquellos partidos de  extrema derecha. Partidos que incluso lograron, como AfD, eludir la etiqueta de  neonazis pese a tener un fuerte discurso xenófobo y ultranacionalista. Estamos  hablando de los Republikaner (REP) y de la Deutsche Volksunion[5]  (DVU).

    

Die  Republikaner (REP) fue fundado por ex miembros de la Unión Social-Cristiana de  Baviera (CSU[6]),  el partido dominante de dicha región. Representando una propuesta de corte  nacionalista, autoritaria y ultraconservadora, REP logró tener representación  parlamentaria durante diez años en la Región de Baden-Württenberg y estar a  pocas décimas de ingresar al de Baviera. Incluso en Berlin en el año 1989, la  última elección antes de la reunificación, este partido obtuvo un sorprendente  7,5%. Parecía que nacía un nuevo partido conservador en Alemania. Sin embargo, el  hype duró poco. Los éxitos electorales no se vieron reproducidos en otras  regiones y con el paso de los años REP perdió importancia. Hoy apenas tiene  representación en contadas comunas perdidas en el sur alemán.

   

La Deutsche Volksunion (DVU) también tuvo su momento de gloria, aunque su localización geográfica era en el norte y el este del país. En el norte tuvo buenos resultados en Bremen y en Schleswig-Holstein, donde consiguió representación parlamentaria. Pero fue en Sachsen-Anhalt, región ubicada en el territorio de la ex-RDA, donde logró ser sensación. En 1998 DVU lograba el 12,9% de los sufragios y hacía que la CDU se estrelle de manera inédita al caer más de 12 puntos porcentuales respecto de la elección anterior. Justamente los doce puntos que había obtenido la flamante fuerza ultraconservadora. Este partido manifestaba un discurso antiinmigrante muy potente condimentado por las frustraciones y heridas abiertas que había dejado la desigual reunificación alemana. DVU logró canalizar gran parte de ese enojo con el sistema y con la política en general al encontrar como chivo expiatorio a los extranjeros. El miedo al inmigrante, cuya existencia en Alemania del este era prácticamente nula, y su relación con un supuesto crecimiento de la criminalidad permitió movilizara aquellos ciudadanos desencantados. La participación subió más de 16 puntos porcentuales en esa elección. Sin embargo, la DVU no fue más que lo que duró esa campaña electoral ya que solo no consiguió repetir este resultado, sino que siquiera pudo acercarse. Hacia fines de 2010 DVU se fusiona con el NPD y por consiguiente se suma al espectro de partidos de extrema derecha.

AfD ha conseguido alimentarse de los electorados de todas las fuerzas políticas arriba mencionadas en todos las regiones en las que tuvieron éxito. Y lo hizo sin haber sido marcados con la etiqueta de extrema derecha y sin quedar circunscriptos a una región en particular. Estuvo al límite de tener algunos de esos destinos, pero logró evitarlos.

La preguntas que surgenentonces son: ¿Por qué aquellos partidos políticos con tantas similitudes respecto de AfD no lograron establecerse en el sistema de partidos alemán? ¿Qué es lo que los condenó a la desaparición o la insignificacia política? La respuesta tiene que ver con la construcción de una transversalidad electoral que supone la incorporación de otros públicos que ayuden a legitimar la propuesta política y a evitar el encasillamiento del partido en el grupo de los partidos extremistas. Esto fue lo que logró el partido Alternative für Deutschland.

AfD logra incorporarotros tres públicos a su electorado. Con ello no solo diversifican su mensaje sino que se transforman en opción para otros ciudadanos descontentos que no necesariamente comulgan con las ideas de la extrema derecha. Y es que como dijimos al principio, la clave del ascenso de la ultraderecha está en el eje „dentro-fuera“ y no en la escala ideológica „derecha-izquierda“.

 

2. El euroescepticismo:  un punto de partida

Alternative für Deutschland nace como consecuencia de un tema de coyuntura que hacia inicios de 2013, y posteriormente durante todo aquel año electoral, ocupó un lugar central en la agenda pública: el rescate económico a Grecia. La dirigencia de AfD tomó este tema particular y lo convirtió en una crítica general hacia la Unión Europea convirtiéndola así en causa de todos los problemas de los alemanes. Es así como el primer spot electoral que lanza AfD en septiembre de 2013 enumeraba las consecuencias negativas de la intervención „injusta y deliberada de la UE en los asuntos nacionales“: desperdiciaba el dinero de los alemanes en bancos quebrados, lo regalaba a países irresponsables con problemas estructurales, favorecía la inmigración descontrolada, provocaba la suba del precio de la electricidad, impedía que se invierta en educación, facilitaba la actividad de criminales. La lista sigue.En resumen, el master frame del discurso inicial de AfD se apoyaba en la idea de que la UE actúa en contra de los intereses nacionales y los partidos políticos alemanes al apoyarla, no los defienden. En otras palabras, para la ultraderecha alemana el tema no es la UE, el tema es el interés nacional de Alemania está siendo amenazado. Esta postura nacionalista-liberal-euroescéptica fue la semilla de la posterior transformación hacia el ultraconservadurismo-nacionalista-antiinmigrante. Pero continuemos con la arista euroescéptica de AfD.

    

La  Eurofobia no es un fenómeno que haya nacido con AfD. Si bien es cierto que se  acentuó en los últimos tiempo, el discurso antieuropeo existe en Alemania y en  otros países europeos desde hace décadas. Lo que logró la ultraderecha de la  mano de su fundador, ex presidente y ex miembro del partido Bernd Lucke fue  articular este fenómeno en propuesta política concreta y darle una visibilidad  importante a partir una retórica que no reparaba en sostener la corrección  política. Esto generó un posicionamiento en el espacio público alemán, que lo  diferenciaba del resto de los partidos políticos. Con la excepción del ala  másradical de die Linke[7],  AfD era el único partido que argumentaba en contra de la UE y promovía cambios  fuertes. Cambios que en sí mismos tenían un valor simbólico muy fuerte, como  por ejemplo la exigencia de eliminar el Euro y recuperar el D-Mark[8].  En este sentido, aquellos ciudadanos que en 2013 se indignaban con el rescate  de Grecia, una indignación claramente fogoneada por los medios de comunicación  más sensacionalistas, encontraron una expresión política que los representaba.

   

Asi fue como desde sus inicios AfD incorporó a su electorado a este grupo de votantes que se siente perjudicado por la Unión Europea y sus políticas y que no necesariamente pertenece al espectro político de la extrema derecha que describíamos en el apartado anterior.


[1] Los „alte Bundesländer“ son las diez regiones de la República Federal  Alemana previo a la Reunificación.    
[2] Populismo de derechas. En Alemania es un concepto que se relaciona  directamente con el partido Nacionalsocialista (NSDAP).    
[3] Christlich Demokratische Union Deutschlands.    
[4] El NPD es una fuerza política de extrema derecha que estuvo a punto de  ser prohibida en reiteradas ocasiones. En terminos electorales es el partido de  derechas que más ha sufrido la aparición de AfD. Desde 2013 en adelante el NPD  ha perdido todos los escaños que poseía en parlamentos regionales y ha  empeorado todos sus resultados electorales.    
[5] Unión alemana del pueblo.    
[6] Chritlich-Soziale Union in Bayern.    
[7] Partido de la Izquierda.    
[8] D-Mark fue la moneda alemana predecesora del Euro. Estuvo en  circulación hasta el año 2000.    
    
[Para conocer el resto de los públicos que nutren el electorado de AfD, reserva tu ejemplar de El retorno de la ultraderecha a Alemania]



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