Este texto es un fragmento de

Jaque mate al TDAH

Hilario Blasco Fontecilla

Los subtipos de TDAH

Como decía Gregorio Marañón, no hay enfermedades, sino enfermos. Es decir, no hay dos pacientes con TDAH iguales. De hecho, es habitual que los padres de familias numerosas te refieran que varios de sus hijos son muy diferentes, aunque todos ellos tengan TDAH, unos son más distraídos, otros más hiperactivos. En mi experiencia, cuando uno de los menores está afectado, entre el 60 y el 100% de los hermanos tienen, en mayor o menor medida, también TDAH.

                  En la cuarta versión del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV) americano se reconocían tres posibilidades:

  • TDAH mixto o combinado: más frecuente en hombres.
  • TDAH de predominio hiperactivo-impulsivo: más frecuente en hombres.
  • TDAH de predominio inatento: más frecuente en mujeres.

En el DSM-5 ya no se contemplan los subtipos y se habla sólo de “presentaciones” clínicas.

El subtipo hiperactivo-impulsivo: el fenotipo “guerrero”

                  El sujeto predominantemente hiperactivivo-impulsivo es diagnosticado con mayor facilidad, ya que los síntomas son fácilmente observables, suelen generar mucha distorsión en su entorno. Por ejemplo, un niño de 5 años que continuamente se levanta de su pupitre, pinta las paredes del aula, y pincha con el lapicero a su compañero de delante pasará difícilmente desapercibido al profesor…. y al resto de sus pequeños compañeros!! 

Son niños y adolescentes que se mueven continuamente, y si están sentados, se contorsionan en su asiento. Es frecuente que se muerdan las uñas, interrumpen las conversaciones, y en muchas ocasiones, no respetan la autoridad. En algunos casos, parece como si no vieran el peligro (¡Juán sin Miedo!), y se pueden mostrar agresivos. En los adultos, por ejemplo, puede llamar la atención el que su comportamiento sea inmaduro, con falta de compromiso en las relaciones interpersonales, y en la búsquedad de situaciones “emocionantes”, entre otros. No es raro que inicien muchos proyectos con mucho entusiasmo, proyectos que nunca terminan, entre otras razones, porque se han enfrascado en… ¡nuevos proyectos! Por ejemplo, un adulto con TDAH me comentaba recientemente como cada vez que entraba en internet colapsaba su ordenador porque iba entrando en páginas de internet y era incapaz de ir cerrando las previas. En líneas generales, son sujetos que actúan sin reflexionar previamente, lo cual generalmente deriva en que se metan en muchos problemas.

El subtipo inatento: el fenotipo “apanarrado” o “vive feliz en su mundo”

                  El individuo predominantemente inatento se caracteriza por “estar en las nubes”, parece no estar escuchando (“pero no es así, sorprendentemente se están enterando” resonden los padres), y frecuentemente pierde u olvida las cosas, por ejemplo, material escolar. Suelen ser desorganizados y le cuesta planificar. Estos niños no suelen anotar las actividades que tienen que realizar en casa, y si lo hacen, se olvidan. Además, La presentación de los trabajos suele ser pobre, y les cuesta mucho centrarse en actividades que resultan aburridas o repetitivas. Asimismo, no es raro que en los exámenes se olviden de contestar varias de las preguntas del examen. Y sus amigos a veces se ríen de ellos porque cuándo “meten baza” en alguna conversación, lo hacen de algo de lo que sus amigos habían hablado hace mucho tiempo!! En la edad adulta, pueden sufrir más accidentes domésticos, y como se olvidan de las cosas que comentan, repiten muchas veces los mismos comentarios a las mismas personas, lo cual, resulta a veces irritante! Pero en líneas generales, los síntomas de inatención se toleran mejor en el entorno escolar o familiar, lo que hace que, las personas que lo padecen, sean diagnosticadas más tarde. Esto, lógicamente, empeora el pronóstico de su TDAH. Además, en mi experiencia al menos, se asocia con mayor frecuencia a dislexia u otros trastornos del aprendizaje. 

                  Además, los clínicos generalmente subdividimos a los pacientes en tres niveles de gravedad: leve, moderado, o grave. Esta separación es importante, porque la gravedad puede determinar cual es el tratamiento inicial más adecuado en el contexto del tratamiento multimodal.

                  Por otra parte, el TDAH se manifiesta a cualquier edad, es decir, afecta a los niños, adolescentes y adultos. Eso sí, aunque el diagnóstico se haga posteriormente, los síntomas deben comenzar antes de los 12 años. Los síntomas de cada área nuclear se pueden manifestar de manera diferente según la edad del sujeto. Por ejemplo,  a los 6 años, la impulsividad se puede manifestar como la incapacidad para aguantar en la “cola” para comprar las entradas de cine; en un adulto, un síntoma típico de TDAH es interrumpir continuamente las conversaciones de los demás. Otro ejemplo, en este caso de hiperactividad, sería el niño en edad pre-escolar que es incapaz de permanecer sentado en la mesa mientras se está comiendo; un adulto hiperactivo, quizás sea capaz de estar sentado, eso sí, moviendo continuamente las piernas.

                  Como en la mayoría de los trastornos mentales, el diagnóstico es clínico, y se establece gracias a una buena historia clínica.  Es decir, no hay ninguna prueba, ni neuropsicológica ni de neuroimagen, ni de otro tipo que lo diagnostique; esas pruebas se realizan únicamente para ayudar en el diagnóstico y seguimiento.



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