DOMINGO DE TORMENTA

 

Vuelve a ser domingo y el cielo parece mi alma, no por bonito sino porque se va a romper cuando menos te lo esperes.

Dios está enfadado conmigo, él lo puso todo a punto para que lo nuestro funcionase y yo me negué a intentarlo siquiera.

Cada gota de lluvia viene con un recuerdo tuyo. Nuestro.

Pretende que me ahogue entre ellos.

Me amenaza con sus truenos y sus rayos, yo le devuelvo gritos de silencio. Amargo.

Salgo a la calle y respiro.

El aire huele a ti. Droga de corte fino.

No sé qué hacer sin ti. Conmigo.

Discuto con el chico del espejo, dice que no me conoce, que se niega a ser mi amigo.

Esta noche vuelvo a cenar insomnio, o lo que es lo mismo, soñar contigo.

Parece que Dios se ha calmado, si sigue insistiendo igual me planteo intentarlo.

Una caída más, qué más me da.

Otra cicatriz que escribir, otro poema que enseñar.

Lo único que me salva esta semana es que mañana es lunes. A ver si se acaba ya.



MARINA

 

Asomada a una azotea observa el horizonte.

Sin miedo.

Con ganas, no sabe de qué pero tiene muchas.

A sus pies, el mundo.

Gente muriendo de odio y guardando en silencio amores que les darían la vida.

Ella conoce el amor, pero el amor no sabe de su existencia, y es una pena.

No sabe lo que se pierde.

Suspira.

Vacía sus pulmones de aire y los llena de sueños.

Sonría y le brilla el alma.

En sus ojos la ilusión de una niña pequeña justo antes de abrir un regalo.

En su boca los restos del sabor de unos labios que se fueron hace mucho.

O que nunca llegaron.

Hace frío, pero ella ya no lo siente, ha aprendido a salir ilesa de las curvas de la vida sin necesidad de nadie, aunque de vez en cuando echa de menos un abrazo y un todo va salir bien.

Lo sabe, pero necesita que alguien se lo diga.

¿Y quién no?

Su voz es paz para todo aquel que la oye, y su acento, magia.

Algún que otro mortal levanta la vista al cielo buscándola, pero ella se esconde y ríe tímidamente, esperando a que sea el Sol el que se fije en ella y la lleve de viaje a conocer el universo.

SERES ANTROPO(CO)LÓGICOS

 

Qué curiosos seres las personas,

que cuando tienen lo que

querían anhelan lo que

no tienen.



Y es que el ser humano es de todo menos humano.



Cuando hablamos de

personas hablamos

de contradicciones,

de antónimos.



Las personas son silencios y gritos.

Son soledad y multitud

Son salvación y castigo.

Son condena y libertad.