En 1963 Mies recibió el que sería su último y quizás más polémico encargo, la construcción de un rascacielos en plena City de Londres, en la imponente Mansion House Square. Un lugar que ha sido siempre protagonista en la historia de Londres.
Fue un encargo personal realizado por Peter Palumbo, figura clave para entender la difusión de la arquitectura moderna en la Inglaterra de la segunda mitad del siglo XX. Ocupó los últimos días de Mies van der Rohe hasta apenas una semana antes de su muerte.
El proyecto pensado por Mies, ideado como un contundente rascacielos chapado en bronce, iba más allá del propio edificio. Era el epicentro de una intersección problemática en la zona que quizás más ha cambiado en la historia de la ciudad, pero no ausente de identidad debido a los edificios emblemáticos que la rodean: la propia Mansion House de George Dance, el edificio de la Royal Exchange, el renovado Banco de Inglaterra, anteriormente diseñado por Sir John Soane, la iglesia de St Stephen Walbrook de Christopher Wren y por último el Midlank Bank, de Edwin Lutyens.
La difícil tarea de Mies consiste en conseguir un proyecto insigne de la nueva arquitectura moderna enclavado en un contexto victoriano. Peter Palumbo quería en Inglaterra que, al igual que el resto de edificios de la plaza representaban a su época en este mosaico de estilos e historia que compone la plaza, el rascacielos de Mies representase el progreso del siglo XX en Inglaterra. Ahora bien, como era de esperar, el proyecto no estuvo exento de polémica. La dificultad para obtener todos los terrenos necesarios por parte de Peter Palumbo retrasó la realización del proyecto casi 25 años. De la euforia constructiva de la postguerra en los 60 se pasó al reclamo de nuevo del conservadurismo en los 80, época marcada principalmente por la mano férrea con la que Margaret Thatcher dirigía el país. Sin embargo, el mayor enemigo para la consecución del proyecto fue uno de sus mejores amigos, el príncipe Carlos. Esto hizo que la opinión pública cambiase radicalmente y apoyase la figura del este último, principal opositor a la propuesta.