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…dale a tu cuerpo alegría, Macarena, eeeh Macarena.... aaahe!...
Avanzaba lentamente. Através de las ventanas del salón que daba al embarcadero mirábamos al horizonte y veíamos destellos de luces de colores que parecían flotar en la oscuridad de la noche. Cortejadas por el vaivén de las olas que rompía contra los laterales iban dejando atrás Port Jackson, el puerto natural de entrada a la ciudad de Sydney. Avanzaba lentamente. Muy lentamente.
... dale a tu cuerpo alegría, Macarena, eeeh Macarena.... aaahe! ...
— Date prisa, que ya nos están pitando.
Avanzaba lentamente.
—Las bolsas, en el asiento trasero.
Unos minutos de publicidad y enseguida estamos con ustedes.
Queen Elizabeth. Desde los ventanales del salón que daba al embarcadero de Watsons Bay se veían luces de colores que se balanceaban en el horizonte escoltadas por las olas que arrancaban de un mar que ya se abría al océano. Mar de Tasmania. La inmensa cubierta engalanada, los camarotes iluminados, cohetes, bengalas, todo se mezclaba no muy lejos de nuestros ojos, pegados a los cristales, con una luna menguante, algunas estrellas aisladas y unas pequeñas nubes oscuras y perdidas que se movían hacia Manly. Avanzaba lentamente. Muy lentamente.
Queen Elizabeth.
... dale a tu cuerpo alegría, Macarena, eeeh Macarena.... aaahe! ...
Unos minutos de publicidad y enseguida estamos con ustedes.
— Fernando, espabila, que estás en Madrid.
… a few showers in the morning, spring showers...
…Bondi Junction: vértice de los vientos que suben del puerto, de las bahías, vientos cargados de humedad que abren y cierran las puertas de los centros comerciales y se confunden con los perfumes de muestra que en la sección de planta baja ofrecen con una sonrisa profesional, con una sonrisa personalizada, con una sonrisa de plantilla, rubias de ojos azules, mediterráneas de pelo oscuro, chinas de ojos rasgados, morenas de Solomon Island, de Fiji, Vanuatru. Bondi Junction: barrio de una ciudad que yo empezaba a echar de menos mucho antes de marcharme. Mucho antes. Mañanas de sol, de sol y de lluvia, de viento y de sol, de viento y de lluvia, de lluvia y lluvia y de viento y viento.
¿En Madrid? ¿Estás seguro de que estás en Madrid? El maletero aún abierto.
…Unos minutos de publicidad y enseguida estamos con ustedes. Mar de Timor. Unos minutos de publicidad y enseguida estamos con ustedes. Mar de Timor.Mar de Tasmania. Micrófono abierto. Enseguida estamos con ustedes. Micrófono abierto. Mar de Timor. Queen Elizabeth. Bondi Junction. Bondi Beach. Port Jackson. Watsons Bay. Double Bay. Parramata Road. Fairfield. Maryland. Padington. Woollahra. Circular Quay. Edgecliff.
Avanzaba lentamente.
Enseguida estamos con ustedes.
—Se les bloquea la centralita. Ya verás. Venga, venga, entra que hace un frío que pela.
Sentimos no haber podido atender todas sus llamadas. Eso lo dirán al final, como siempre. No fallan. Diez mil metros de altura. ¿Qué dices? Estás en Madrid, Fernando. Sentimos no haber podido atender todas sus llamadas. Muchas gracias y hasta mañana. Ya lo verás, no fallan. Se quedan sin respiración, Fernando, créeme. Qantas les desea un feliz viaje. I Still Call Australia Home. Bueno, ya irás aterrizando. La cabeza es más lenta que el avión. Bueno, ya verás. Sin respiración. Unos hijos de puta, eso es lo que son, Fernando. Unos auténticos hijos de puta. Miguel. Miguel Díaz. Miguel Díaz Ruiz. ¿Tea or cofee? Cofee, please. Ya sé que a ti te la suda. Sube bien la ventanilla, Fernando, que hace un frío de cojones. Y abrígate bien. Ya sé que te la suda, ya. Como a Sebastián. Sebastián Campos. Sebastián Campos Jiménez. Os la suda a los dos. Ya lo sé, ya. Micrófono abierto. 95.4 FM o 705 Onda Media. Lo repiten todos los días los muy cabrones. Por si aún queda alguno que no se haya enterado bien. Por si alguno todavía no lo ha pillado. Aquí estamos. Para lo que ustedes quieran. A su servicio. A nuestro servicio, Fernando. Sin respiración. Unos hijos de puta. Eso es lo que son. M 40. Cinco kilómetros de atasco. Resumen informativo. Ocho y media de la mañana. Unos minutos de publicidad y enseguida estamos con ustedes. Lunes a viernes. Ocho y media. Micrófono abierto. Unos cabrones y unos hijos de puta. Eso es lo que son, Fernando. Nadie te obliga a escucharla. Hay que conocer al enemigo, Fernando. Hay que saber como son estos cabrones. Como las gastan. Si queremos derrotarlos hay que conocerlos bien. Los detalles tienen su importancia. Se aprende escuchándolos. Si quieres rebatirlos tienes que escucharlos. Conocer sus argumentos. Pero ya sabes. Unos hijos de puta y unos cabrones. Estás muerto de sueño, ¿verdad? Muchas horas de vuelo, claro. Micrófono abierto. Mar de Timor. Y una paradita en Pekín, ¿no? En Pekín. Yo empecé con Mao, ya lo sabes, Fernando. Mao. Qué tiempos. Ahí va ese. Escucha. La primera llamada. De Burgos. Castellanos viejos, como tú. Gente de pocas palabras. ¿Le has oído bien, Fernando? Esto es radio. Lo repiten mil veces. Esto es radio. Micrófono abierto. ¿Le has oído bien a ese hijo de puta? Se quitan la palabra. En cuanto termina el oyente. Escúchalos. Escuchalos bien. Micrófono abierto. Le metía el micrófono por el culo a ese cabrón. Y a Sebastián. Sí, a tu amigo Sebastián. Sebastián Campos. Sebastián Campos Jiménez. Ya hablaremos de Sebastián. Y a ti, Fernando. A ti también. Por el culo. Micrófono abierto. Sebastián. El pueblo llano. El pueblo sencillo y llano. El pueblo llano y sencillo. Unos días, sencillo y llano; y otros, llano y sencillo, ¿verdad? Un pueblo que no entiende de partidos. Un pueblo que paga religiosamente sus impuestos. ¿Le has oído? A lo mejor hasta le conoces. ¿No dices nada, verdad? Ya irás aterrizando.
Diez años. Por ahí perdido, como quien dice.
Y otra vez aquí.
— En Madrid.
— ¿Estás seguro?
Me lo repitió veinte veces.
...I've been to cities that never close down
From New York to Rome and old London town
But no matter how far or how wide I roam
I still call Australia home
I still call Australia home.
— No te entiendo nada.
…dale a tu cuerpo alegría, Macarena, eeeh Macarena.... aaahe!...
Avanzaba lentamente. Através de las ventanas del salón que daba al embarcadero mirábamos al horizonte y veíamos destellos de luces de colores que parecían flotar en la oscuridad de la noche. Cortejadas por el vaivén de las olas que rompía contra los laterales iban dejando atrás Port Jackson, el puerto natural de entrada a la ciudad de Sydney. Avanzaba lentamente. Muy lentamente.
... dale a tu cuerpo alegría, Macarena, eeeh Macarena.... aaahe! ...
— Date prisa, que ya nos están pitando.
Avanzaba lentamente.
—Las bolsas, en el asiento trasero.
Unos minutos de publicidad y enseguida estamos con ustedes.
Queen Elizabeth. Desde los ventanales del salón que daba al embarcadero de Watsons Bay se veían luces de colores que se balanceaban en el horizonte escoltadas por las olas que arrancaban de un mar que ya se abría al océano. Mar de Tasmania. La inmensa cubierta engalanada, los camarotes iluminados, cohetes, bengalas, todo se mezclaba no muy lejos de nuestros ojos, pegados a los cristales, con una luna menguante, algunas estrellas aisladas y unas pequeñas nubes oscuras y perdidas que se movían hacia Manly. Avanzaba lentamente. Muy lentamente.
Queen Elizabeth.
... dale a tu cuerpo alegría, Macarena, eeeh Macarena.... aaahe! ...
Unos minutos de publicidad y enseguida estamos con ustedes.
— Fernando, espabila, que estás en Madrid.
… a few showers in the morning, spring showers...
…Bondi Junction: vértice de los vientos que suben del puerto, de las bahías, vientos cargados de humedad que abren y cierran las puertas de los centros comerciales y se confunden con los perfumes de muestra que en la sección de planta baja ofrecen con una sonrisa profesional, con una sonrisa personalizada, con una sonrisa de plantilla, rubias de ojos azules, mediterráneas de pelo oscuro, chinas de ojos rasgados, morenas de Solomon Island, de Fiji, Vanuatru. Bondi Junction: barrio de una ciudad que yo empezaba a echar de menos mucho antes de marcharme. Mucho antes. Mañanas de sol, de sol y de lluvia, de viento y de sol, de viento y de lluvia, de lluvia y lluvia y de viento y viento.
¿En Madrid? ¿Estás seguro de que estás en Madrid? El maletero aún abierto.
…Unos minutos de publicidad y enseguida estamos con ustedes. Mar de Timor. Unos minutos de publicidad y enseguida estamos con ustedes. Mar de Timor.Mar de Tasmania. Micrófono abierto. Enseguida estamos con ustedes. Micrófono abierto. Mar de Timor. Queen Elizabeth. Bondi Junction. Bondi Beach. Port Jackson. Watsons Bay. Double Bay. Parramata Road. Fairfield. Maryland. Padington. Woollahra. Circular Quay. Edgecliff.
Avanzaba lentamente.
Enseguida estamos con ustedes.
—Se les bloquea la centralita. Ya verás. Venga, venga, entra que hace un frío que pela.
Sentimos no haber podido atender todas sus llamadas. Eso lo dirán al final, como siempre. No fallan. Diez mil metros de altura. ¿Qué dices? Estás en Madrid, Fernando. Sentimos no haber podido atender todas sus llamadas. Muchas gracias y hasta mañana. Ya lo verás, no fallan. Se quedan sin respiración, Fernando, créeme. Qantas les desea un feliz viaje. I Still Call Australia Home. Bueno, ya irás aterrizando. La cabeza es más lenta que el avión. Bueno, ya verás. Sin respiración. Unos hijos de puta, eso es lo que son, Fernando. Unos auténticos hijos de puta. Miguel. Miguel Díaz. Miguel Díaz Ruiz. ¿Tea or cofee? Cofee, please. Ya sé que a ti te la suda. Sube bien la ventanilla, Fernando, que hace un frío de cojones. Y abrígate bien. Ya sé que te la suda, ya. Como a Sebastián. Sebastián Campos. Sebastián Campos Jiménez. Os la suda a los dos. Ya lo sé, ya. Micrófono abierto. 95.4 FM o 705 Onda Media. Lo repiten todos los días los muy cabrones. Por si aún queda alguno que no se haya enterado bien. Por si alguno todavía no lo ha pillado. Aquí estamos. Para lo que ustedes quieran. A su servicio. A nuestro servicio, Fernando. Sin respiración. Unos hijos de puta. Eso es lo que son. M 40. Cinco kilómetros de atasco. Resumen informativo. Ocho y media de la mañana. Unos minutos de publicidad y enseguida estamos con ustedes. Lunes a viernes. Ocho y media. Micrófono abierto. Unos cabrones y unos hijos de puta. Eso es lo que son, Fernando. Nadie te obliga a escucharla. Hay que conocer al enemigo, Fernando. Hay que saber como son estos cabrones. Como las gastan. Si queremos derrotarlos hay que conocerlos bien. Los detalles tienen su importancia. Se aprende escuchándolos. Si quieres rebatirlos tienes que escucharlos. Conocer sus argumentos. Pero ya sabes. Unos hijos de puta y unos cabrones. Estás muerto de sueño, ¿verdad? Muchas horas de vuelo, claro. Micrófono abierto. Mar de Timor. Y una paradita en Pekín, ¿no? En Pekín. Yo empecé con Mao, ya lo sabes, Fernando. Mao. Qué tiempos. Ahí va ese. Escucha. La primera llamada. De Burgos. Castellanos viejos, como tú. Gente de pocas palabras. ¿Le has oído bien, Fernando? Esto es radio. Lo repiten mil veces. Esto es radio. Micrófono abierto. ¿Le has oído bien a ese hijo de puta? Se quitan la palabra. En cuanto termina el oyente. Escúchalos. Escuchalos bien. Micrófono abierto. Le metía el micrófono por el culo a ese cabrón. Y a Sebastián. Sí, a tu amigo Sebastián. Sebastián Campos. Sebastián Campos Jiménez. Ya hablaremos de Sebastián. Y a ti, Fernando. A ti también. Por el culo. Micrófono abierto. Sebastián. El pueblo llano. El pueblo sencillo y llano. El pueblo llano y sencillo. Unos días, sencillo y llano; y otros, llano y sencillo, ¿verdad? Un pueblo que no entiende de partidos. Un pueblo que paga religiosamente sus impuestos. ¿Le has oído? A lo mejor hasta le conoces. ¿No dices nada, verdad? Ya irás aterrizando.
Diez años. Por ahí perdido, como quien dice.
Y otra vez aquí.
— En Madrid.
— ¿Estás seguro?
Me lo repitió veinte veces.
...I've been to cities that never close down
From New York to Rome and old London town
But no matter how far or how wide I roam
I still call Australia home
I still call Australia home.
— No te entiendo nada.