Este texto es un fragmento de

Fotoperiodismo 3.0

Estela Alcaide

Seguro que en algún momento habrás sentido curiosidad por la cuestión de si el fotoperiodismo está muerto. Estamos de acuerdo en que estamos hartos de oírlo, pero es un tema tan visceral que no deja indiferente a nadie y que abre ante nosotros el abanico de temáticas que queremos tratar a lo largo de este libro para realizar un esquema completo sobre el estado del fotoperidismo en la actualidad en España.

Queremos abordar este punto haciendo referencia a la controvertida cuestión de que, pese a haber hoy en día hay más trabajo que nunca para un fotógrafo, estemos ante un debilitado colectivo al que le resulta casi imposible, en la mayoría de los casos, vivir únicamente de su trabajo como fotoperiodista. Que haya muchos más lugares en los que publicar fotografías que si nos remontamos veinte años atrás, es una evidente proliferación de trabajo y negocio quedebería haber repercutido en unas mejores condiciones en la profesión, pero no ha sido así.

“Hoy en día hay muchos más lugares en los que colocar tus imágenes y en cambio los fotógrafos no pueden vivir de su trabajo.” Gervasio Sánchez.

En este punto a todos nos vendrá a la mente la crisis económica mundial que ha afectado a cualquier profesión en la que pudiéramos pensar. No vamos a ponerla en duda, pero trataremos de analizar en qué medida ha afectado dicha crisis económica al fotoperiodismo, a la par que la crisis de valores en la profesión y los avances en tecnología y redes sociales. Es cierto que la crisis ha impactado duramente en los medios de comunicación y muchos no han conseguido sobrevivir al cambio de paradigma, pero ¿ha afectado de la misma manera en todas las partes de la cadena de valor del fotoperiodismo?

Porque son muchas las opiniones que nos hacen reflexionar sobre el oportunismo y la actuación de los medios medios de comunicación como una empresa más en la que regularmente aparecen crisis, aumentan los despidos y empeoran las condiciones laborales, pero finalmente todas llegan a fin de año teniendo ganancias.

Una de las cosas que queda clara, según los puntos de vista de la mayoría de los fotoperiodistas, es que la crisis en el fotoperiodismo no la ha provocado la aparición de nuevas tecnologías y dispositivos como smartphones o cámaras compactas. Tanto el debate analógico-digital como la aparición de los smartphones no tiene sentido para muchos fotoperiodistas, que lo ven como herramientas diferentes que no tienen porqué excluirse, aunque del papel de los smartphones hablaremos en otro punto de este libro.

“Hubo un momento de la historia, los primeros años del digital, en el que el analógico estuvo a punto de desaparecer por completo. Ahora hay un resurgir de todo el tema analógico, porque nos hemos dado cuenta de que es simplemente otra forma de trabajar. Igual que tienes un coche Diesel o un coche Gasolina.” Arturo Rodríguez.

Es evidente que la mejora de la tecnología se ha traducido en enviar más rápidamente las imágenes, en poder editarlas sobre la marcha y en definitiva mejorar el producto final con menor inversión, aparte de en ahorrarle al medio ambiente productos químicos y un consiguiente ahorro de papel. La cuestión es que el ahorro que se ha producido al abaratarse el precio de los utensilios con los que se pueden realizar las fotografías y los procesos no ha repercutido en una mejora de las condiciones de los fotógrafos. Por el contrario, la crisis se ha utilizado para tratar de recortar aún más los costes de producción, como si los medios de comunicación se trataran de empresas especulativas y haciendo imposible un mejor periodismo.

En este punto es clara la opinión de los fotoperiodistas. El gasto que debía desembolsar hace veinte años un medio de comunicación únicamente para enviar fotografías desde Sarajevo a Madrid mediante teléfono satélite era entre 200 y 400 dólares. En la actualidad ese envío es gratuito, pero los medios de comunicación no se han planteado en ningún momento invertir el dinero ahorrado en hacer mejores reportajes, mejorar la situación del fotógrafo o, en definitiva, reinvertirlo en otros elementos del proceso.

En relación al papel de los medios de comunicación tradicionales, dejando al margen la cuestionable gestión de los mismos, no podemos olvidar que con la irrupción de Internet en nuestras vidas la publicidad dejó de repartirse únicamente entre prensa escrita, televisión y radio. En palabras de Roger Boix, estamos atravesando la segunda gran revolución en la transmisión de la información desde la invención de la imprenta, y pese a ello los medios pasan por su peor crisis financiera porque el modelo de negocio fundamentado en los ingresos provenientes de la publicidad se ha venido abajo.

Esta crisis del modelo clásico de negocio se une a la necesidad de los medios de comunicación de abastecerse de un número más elevado de fotografías para poder cubrir no solo medios impresos, sino también medios digitales. Como comenta Pedro Armestre, un periódico impreso necesitaba 20 o 25 fotografías y un periódico ahora necesita esas 25 fotos para el papel y necesita consumir 300 fotos durante el día en la web.

“Lo único que ha pasado es que se ha ampliado el espectro de productos. Un periódico antes necesitaba 25 fotos al día y tenía 100.000 pesetas para conseguir sus 25 fotos. Ahora tiene 600€, pero necesita 350 fotos. Si hacen las cuentas, tienen que pagar la foto a 20€. Es así de sencillo.” Pedro Armestre

Además, anteriormente hacíamos referencia a que “hay muchos más lugares” en los que los fotógrafos pueden “colocar” sus imágenes. Sin embargo, ¿esto se traduce en el que realmente haya más oportunidades de trabajo para los fotoperiodistas? Es cierto que se ha abierto un abanico increíble de nichos diferentes más allá de las fotografías en el periódico como son las redes sociales, que pueden generar nuevos mercados.

“Si te metes en Facebook o en Twitter y puedes tener fotos instantáneas de todo lo que está pasando a nivel nacional e internacional, pero si tú quieres hacer un reportaje de un pueblo aislado, eso no lo vas a encontrar allí. Todo depende de lo que el medio busque.” Sergi Reboredo

Sin embargo, si nos referimos a proyectos de larga duración cada vez nos encontramos con menos, porque para llevarlos a cabo hay que invertir en la investigación. La crisis implica recorte y, según afirma Eva Parey, lo que más se ha recortado en los medios de comunicación hegemónicos ha sido la sección de actualidad, dejando muchos reportajes fuera y siendo estos sustituidos por contenidos orientados más al ocio y al entretenimiento.

De la misma opinión es Olmo Calvo, que denuncia que los medios de comunicación fomentan la inmediatez en detrimento de reportajes de calidad y que el presupuesto de los medios se gasta en producciones de moda o en “sueldos de vértigo de los directivos” y no en fomentar trabajos de calidad independiente para los propios medios, en más colaboradores y en dotar al medio de cierta estabilidad.

“Ya no se manda, como se hacía antes con Gervasio Sánchez, un mes a Afganistán a un fotoperiodista. Ahora mismo los medios de comunicación ya no les mandan a ningún sitio, sino que los fotoperiodistas viajan invitados por ONGs y por empresas y al final comunican los intereses de organizaciones.” Susana Hidalgo.

“El público interesado en el fotoperiodismo sigue existiendo, sólo que a veces tiene que buscar otros canales para poder estar informado. Que un reportaje no sea publicado no significa que no tenga calidad, sino que no se adapta a los intereses que tenga un medio para publicarlo.” Eva Parey

Si hacemos referencia a las Breaking News, en atención a las acciones llevadas a cabo por Agencias como Reuters o France Press, cada vez hay menos enviados especiales al extranjero porque las noticias se quedan en manos de nativos.

“Es más fácil que alguien desde Siria te mande las fotos, que mandar a alguien allí. Primero, por un riesgo y segundo, por una dificultad de idioma.” Eloy Alonso.

Si hablamos de las fotografías de los periódicos, en la mayoría de los casos las obtienen de las grandes Agencias y en cuanto a los medios online, muchas fotografías que utilizan en redes sociales directamente las sacan de cuentas de usuarios no profesionales, algo mucho más rentable que tener que pagar por ellas.

Un factor decisivo en la crisis de los medios tradicionales, que se ha unido a la crisis financiera internacional, es la revolución de Internet y la eclosión de un ecosistema online con infinidad de prescriptores, plataformas de comunicación abiertas a todo el mundo, y la aparición de nuevos actores. Por un lado, esto supuso el “todo gratis”, que generó en la sociedad la idea de que no se infringe ningún derecho cuando se descargan y utilizan fotografías sin ni siquiera mencionar al autor. Por otro lado, podemos hablar de que se ha democratizado cada vez más la fotografía y se ha acelerado durante los últimos años el no sabemos si bien o mal llamado “fotoperiodismo ciudadano”.

“El mundo analógico se ha devaluado de por sí, ya que al universalizarse la fotografía no es un trabajo específico para nadie. Ahora hay cien millones de fotógrafos y antes había un millón. A mí, lo que más me hace sufrir en este sentido no es con respecto a los que somos jóvenes, tenemos fuerza, energía y talento para adaptarnos a los cambios, sino a los que les ha pillado mayores para adaptarse.” Aitor Lara.




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