EL HOMBRE QUE PREDIJO SU PROPIA MUERTE

                El 7 de enero de 1996, la agencia EFE de Nueva York, se hace eco de una noticia que más tarde fue recogida por un periódico levantino. Las circunstancias del suceso no son, propiamente, de las consideradas forteanas, pero sí presentan ciertas connotaciones curiosas que valen la pena señalar. El titular, rezaba: Un tenor Muere en el MET de Nueva York tras Cantar  La Vida es Corta, y el texto era el siguiente:

                La Vida Es Corta, cantó con fuerza el tenor Richard Versalle justo antes de sufrir un ataque cardiaco mortal y desplomarse, desde una escalera, en el escenario de la Ópera Metropolitan de Nueva York el viernes por la noche.

                Versalle, de 63 años, que interpretaba el papel de secretario Vitek en el estreno de The Makropulos Case, estaba solo en el escenario en los primeros minutos del espectáculo.

                De repente, cuando estaba subido en una escalera de unos cinco metros, que formaba parte del decorado, le falló la voz y cayó, en medio del silencio horrorizado y estupefacto del público que llenaba el teatro.

                La música se calló. El director de la orquesta, David Robertson, quien por primera vez llevaba la batuta en el Met, preguntó a Versalle si estaba bien. El tenor, caído de espaldas e inmóvil en el suelo. No contestó.

                En cuestión de segundos, cayó el telón y Robertson anunció que habría una interrupción de 20 minutos.

                Cuando el público fue llamado de vuelta a sus asientos, el director de la Ópera Metropolitan, Joseph Volpe, anunció que Versalle había sufrido un ataque cardiaco y que el espectáculo estaba cancelado.

                El tenor fue declarado muerto cuando la ambulancia lo llevaba al hospital St Luke-Roosevelt.

                “Fue horrible”, comentó una mujer. Algunos de los tres mil miembros de la audiencia que no conocían la obra se preguntaron si la caída formaba parte de la trama. Pero cuando cayó el telón, todo quedó claro y “hubo un silencio horrorizado”, comentó una persona.

                The Makropulos Case, del checo Leos Janacek, cuenta la historia de una mujer bella y misteriosa que vive más de 300 años gracias a una poción mágica elaborada por su padre.

                Versalle, nacido en Michigan, debutó en el MET en 1978 y alcanzó la fama internacional con su éxito en Tannheuser en el Festival de Bayreuth en Alemania, en 1985.

                Hemos reproducido íntegramente el recorte de prensa porque pensamos que valía la pena que el lector conociera todos los pormenores. Quizás este caso entre más en aquello que se denomina “Sincronicidad Jungiana”, pero también puede tener un hueco en los “hechos condenados” de los que Charles Fort era tan aficionado. Y esta historia nos trae a la memoria un suceso acaecido en televisión, en el que muchos televidentes fueron testigos de algo muy similar. Allá por el año 1991, la televisión regional de Valencia (Canal 9), comenzaba la emisión un programa en el que se iba a debatir la veracidad o mentira de los llamados “curanderos” o “sanadores”. En el plató se encontraban presentes como invitados varios médicos y sanadores dispuestos a defender sus convicciones. El programa en cuestión, llamado “De Bat a Bat”, duró aquella noche apenas diez minutos. El motivo: un médico que en ese momento tomaba la palabra, comenzó progresivamente a detenerse en su exposición, hasta que cayó fulminado sobre la mesa, víctima de una crisis cardiaca. Todos los allí presentes (recordemos: médicos y sanadores) se echaron sobre él tratando de salvarle la vida, pero ninguno consiguió su objetivo. El hombre en cuestión era un cardiólogo (murió de un ataque al corazón) y defendía que sólo la medicina convencional podía salvar la vida. Tras unos minutos, la presentadora del programa dio paso a la publicidad y no se volvió a dar conexión al espacio.

                ¿Hechos forteanos o ironías de la vida? Usted, lector, es el que decide.