Este texto es un fragmento de

Llámalo magia

Julio Ribera


¿QUIÉN SOY?

Tanto si te encuentras bien contigo mismo como si no, todos queremos mejorar nuestras vidas. ¿Por qué estarías leyendo este libro si no? El problema es que muchas veces buscamos esta forma de mejorar nuestras vidas en cosas externas: estudiamos para optar a mejores trabajos, vamos al gimnasio para tener una vida más saludable, etc. Y esto no está mal, obviamente es más fácil vivir feliz con una vida sana y con un buen trabajo; sin embargo, hay gente que hace deporte todos los días y cobra millones de euros, pero se siente completamente vacío y triste.

Por tanto, aunque estos factores externos ayuden, hace falta algo que dé sentido y cohesión a lo que hacemos con respecto a nuestras vidas. ¿Por qué es tan importante conocerse?

Usemos un símil muy sencillo: si te empiezas a encontrar enfermo, ¿qué harías: empezar a tomar medicinas al azar o ir al médico para saber qué te pasa y después tomar las medicinas que necesitas? Es obvio que porque algo sea bueno –medicinas– no significa que nos convenga.

Esta es la clave: conocer bien qué nos pasa, quiénes somos. De esta forma, al conocernos, sabremos qué virtudes tenemos y cómo aprovecharlas; sabremos qué defectos tenemos y cómo mejorarlos; conoceremos mejor nuestros sueños y miedos, nuestros hábitos y vicios. Podremos elaborar un plan a conciencia con nuestras vidas, ser nosotros los que elijamos y no dejar nuestro futuro al azar. Empezaremos el camino de la excelencia.

En el mundo en el que vivimos no vale con estudiar una carrera para tener éxito, ni siquiera con saber varios idiomas. Si cogemos cualquier carrera universitaria (ingenierías, económicas, administrativas, sanitarias, etc.) y calculamos las personas que cada año terminan con el título veremos esto muy claramente. Por ejemplo, yo estudio Ingeniería de Diseño Industrial en la Universidad Politécnica de Valencia. Somos 80 estudiantes por la mañana y 80 por la tarde. Esto son 160 estudiantes por año aproximadamente. Si contamos el campus de Valencia y el de Alcoy se multiplica por dos, y si sumamos la Universidad Católica y el CEU son unos 300 o 400 ingenieros de diseño en la provincia de Valencia. Si contamos con toda la comunidad autónoma, sumando Alicante y Castellón, aumenta radicalmente el número y si pasamos a toda España se desborda a miles de graduados por año. Además, si haces los mismos cálculos con carreras más populares como ADE, Ingeniería Industrial,... verás que aún son más.

En resumen, tanto si trabajas como si estudias, sea lo que sea que estés haciendo, has de ser el mejor para triunfar. Y, para ello, no hay otra forma que disfrutar haciendo lo que haces. Cuando aquello a lo que te dediques pase de ser una obligación a ser un placer, cuando dediques tu tiempo libre a mejorar tus aptitudes, en ese momento estarás en el camino de ser la mejor versión de ti mismo. Además, no solo será mejor para ti, sino que disfrutarás y te sentirás lleno con lo que haces. Es un círculo que se retroalimenta: cuanto más disfrutes, mejor serás, y cuanto mejor seas, más disfrutarás.

Por supuesto, antes debes saber qué te gusta, y por eso debes conocerte bien y conocer bien el mundo que te rodea y las oportunidades que tiene. Olvídate de los prejuicios, del "eso no es para mí", no te pongas fronteras y lánzate a cualquier oportunidad que se te presente.

¿CÓMO CONSIGO ESTO?

Decimos conocernos, saber quiénes somos, aunque la realidad es que esto no es así. Si fuera así, deberíamos ser capaces de hacer una lista, sin apenas pensar, con todas nuestras virtudes, defectos, fortalezas, debilidades, sueños, miedos, aspiraciones, habilidades, etc.

Sobre todo, se nota en los aspectos negativos. Nos cuesta mucho pensar en nuestros defectos, las cosas que hacemos mal, en nuestros miedos. ¿Acaso somos perfectos y no tenemos defectos ni miedos? ¡Por supuesto que no! Ni nunca lo seremos. Sin embargo, conocer todos nuestros puntos débiles nos ayuda a saber cómo mejorarlos. De hecho, la única forma de mejorar es sabiendo qué necesitamos mejorar.

Estudiamos para obtener un trabajo, hacemos deporte para tener una vida saludable... Estas actividades son claramente beneficiosas, pero, sin un orden o un porqué, podemos estar desaprovechándolas. Cuando escogemos una carrera porque tiene salida laboral, en vez de porque sabemos que nos gusta y que es a lo que queremos dedicarnos el resto de nuestras vidas, estamos cometiendo un error.

Ya hemos visto que, a pesar de tener salida laboral, habrá miles de graduados como tú cuando acabes, más los miles de los años pasados (que además tienen experiencia laboral), más los millones de otros países que compiten por igual en esta economía globalizada. Sin embargo, si te comparas con los que realmente les apasiona, entonces ese número se reduce a unos pocos. Aquí es cuando realmente tendrás ventaja, ya que, mientras otros estén agonizando por los exámenes o el trabajo, tú dedicarás tu tiempo libre a aprender sobre aquello a lo que te dedicas.

Mientras otros se van quedando atrás, tú llevarás la delantera.



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