Este texto es un fragmento de

Offboarding

Roberto Luis Bisbé

No tengo todas las respuestas, y de hecho cada año tengo más preguntas, supongo que eso es lo que los mayores definen por experiencia.
 
Llevo bebiendo y viviendo software desde que era un crío, y siempre me ha apasionado la idea de crear productos y servicios de la nada, a partir de un papel en blanco, que solucionan problemas a la gente, y eso he estado haciendo durante más de 10 años.
 
A lo largo de este tiempo he podido ver lo que hay más allá de una tarea y unas líneas de código, lo que implica un requisito, lo que se promete a un cliente, y sobre todo, lo que ocurre cuando un proyecto sobrevive (de manera profesional) al equipo original que lo diseñó.
 
Esa transición suele ser tediosa en el mejor de los casos y traumática en el peor, he podido vivir varios tipos a lo largo de mi carrera profesional, y estoy convencido de que tengo muchas más por llegar, ya sea del lado del que entrega como del lado del que recibe.
 
El una de las últimas transiciones que lleve a cabo, me propuse hacer las cosas bien por fin, me informé, pedí ayuda y me preparé un guión, que fui desarrollando según era posible. El resultado fue muy bueno y tanto yo como el nuevo equipo que se encargaba del proyecto quedamos contentos con el resultado, y pensé que sería una buena idea darlo a conocer y publicarlo, de manera resumida y apresurada, en mi blog. El artículo tuvo buena acogida, la vida me cruzó con los chicos de Libros.com, y el resto, como dicen, es historia.
 
A lo largo de estas páginas hablaremos de algunos errores que he ido cometiendo en retrospectiva compensando con algunas de las cosas que han salido bien.



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