Me llamo Xavi Marina, y un día descubrí cómo unir mis dos grandes pasiones: viajar por el mundo a través del deporte. Así llevo veinte años y así sigo planeando mis proyectos y retos personales, lo cual me permite conocer diferentes lugares y culturas, con sus costumbres y sus gentes; poder vivir experiencias únicas en cada reto. Eso es lo que encontraréis en este libro.
Mi historia comienza de forma peculiar: me inicié en el deporte para vencer los excesos que me daba durante las horas trabajo como pastelero en el negocio familiar. Esa fue la excusa para salir a entrenar a diario, tras lo cual la pasión por el running no se hizo esperar, pues la libertad y la motivación que me proporcionaba se convirtieron en una rutina diaria.
Comencé a inscribirme en carreras populares y me sorprendí a mí mismo superándolas con facilidad. Esto marcó mi personalidad de superación y mi espíritu competitivo, que me harían llegar a inscribirme en algunas de las carreras más exigentes del ultrafondo.
El primer gran reto fue realizar el triathlon «Ironman» más duro del mundo, en Lanzarote, con tan sólo veinte años. Fue en 2001. Me entrené durante todo un año de forma disciplinada. No era muy común que un atleta tan joven realizara este tipo de retos de larga distancia, pero eso aumentaba mi motivación. Y lo logré. Me demostré que con esfuerzo y entrenamiento llegaría a donde me propusiera, y así comencé a vivir mi particular trayectoria: planeando retos y viajes de ensueño.
Ese mismo verano conocí a Neus, que sería vital para mí, pues un deportista de fondo necesita mucho de los suyos y estar siempre apoyado en sus proyectos deportivos y personales.
Durante los tres años siguientes realicé el Camino de Santiago por las cuatro vías de mayor dureza en bicicleta, completé la maratón de Barcelona en dos horas y cuarenta y un minutos, quedando campeón de Cataluña en la categoría sub23, y me marqué el segundo gran objetivo: viajar al desierto del Sáhara y participar en una de las carreras por etapas más duras que existen: el Marathon des Sables. ¡Eso sí que eran palabras mayores! Tenía veinticinco años.
La dureza del terreno y la inexperiencia marcaron esa carrera. Fueron seis días durísimos, en los que llegué incluso a lesionarse y a finalizar sin apenas poder correr, pero lo logré de nuevo. Tuve que esperar un mes antes de volver a andar con normalidad y recuperarme de las diferentes secuelas, pero aun así mereció la pena. Comprendí que el ultrafondo era mi disciplina y que deseaba vivir más aventuras como la que acababa de superar.
Tras esto comencé a buscar carreras que me motivaran también por razones culturales, y así viajé a la India, Costa Rica, Namibia, Chile, Brasil, Perú, Israel, Japón, el Círculo Polar Ártico, etc. Siempre hallando nuevos retos en cada lugar.
Esta es mi historia, la de una vida que no consiste sólo en correr y viajar, sino en enfocar el día a día buscando grandes metas, teniendo siempre un objetivo en la cabeza para seguir superándome y disfrutando de cada momento. Este es mi modo de vida, es lo que me ha llevado a ser quien soy.