Disléxico y zurdo de pro Daniel siempre tuvo dificultad para la lectura y la escritura, sus primeros escritos en la infancia estaban llenos de letras del reves y palabras ininteligibles. A base de reglazo de monja aprendió a escribir con la diestra, odiar las reglas de madera y a no poner ni una tilde en su sitio pero empezo a apreciar la literatura en sus horas de castigo en la biblioteca.