Natural de la sierra sur de Jaén. De un pequeño pueblecito llamado Castillo de Locubín, donde nace un río que bien podría ser de aceite. Con una infacia idílica fuertes raíces.
Poco antes de la mayoría de edad, llegué a lo que por entonces percibía como la gran ciudad, y si no podemos clasificarla así por su tamaño o población, si que lo es por la belleza y cultura que rezuma por sus costados. Las tardes de Abril y Mayo al sol de sus placetas y sus vecinos perenes y cuducos me llenaron la cabeza ganas de seguir descubriendo el mundo.
En 2013 conocí a una gran amiga que materializó esas ganas. Desde entonces viajamos por el mundo e intentamos hacerlo a nuestra manera pero sin dejar de ser material moldeable por cada lugar, persona o momento que hemos tenido la suerte de cruzarnos en nuestro camino.
Ahora vamos despacito, poco a poco, saboreando el camino, la comida, el vino, las conversaciones...
Si pudiese escoger una vocación, esa sería viajar, por el simple hecho de aprender de los demás.
Poco antes de la mayoría de edad, llegué a lo que por entonces percibía como la gran ciudad, y si no podemos clasificarla así por su tamaño o población, si que lo es por la belleza y cultura que rezuma por sus costados. Las tardes de Abril y Mayo al sol de sus placetas y sus vecinos perenes y cuducos me llenaron la cabeza ganas de seguir descubriendo el mundo.
En 2013 conocí a una gran amiga que materializó esas ganas. Desde entonces viajamos por el mundo e intentamos hacerlo a nuestra manera pero sin dejar de ser material moldeable por cada lugar, persona o momento que hemos tenido la suerte de cruzarnos en nuestro camino.
Ahora vamos despacito, poco a poco, saboreando el camino, la comida, el vino, las conversaciones...
Si pudiese escoger una vocación, esa sería viajar, por el simple hecho de aprender de los demás.