Ésto de escribir me vino desde hace años, cuando estudiaba. A parte de que como terapia es muy efectiva, es muy gratificante ver cómo salen las palabras por sí solas cuando quieres contar algo.
Y así fue. Estudié Filosofía en la Universidad de Barcelona, trabajé siempre para costear mis estudios, y también me dio por hacer un curso de literatura para aficionados- y digo aficionados porque éramos cuatro amigos, en el garaje de la madre de mi entonces cuñado, pero con una profe espectacular, Montse Espallargas, periodista-. Todo tiene un origen.

Corrían los dosmil y pocos, y ya con la carrera en el bolsillo, me llegó una propuesta de ensueño: escribir un libro por encargo para una editorial. Así fue como nació y se forjó: "Díselo al viento".
En aquél momento, y muy trasladable a este, esta pequeña editorial se dio cuenta de que no habían libros de apoyo para el estudio de la Filosofía, y que los "niños" llegaban muy rasos a bachillerato. La idea era buena, pero no se materializó.

He seguido escribiendo, últimamente con menos fluidez. Cada equis tiempo me ha dado por buscar editoriales, mandar algún manuscrito, ilusionarme, montarme la película y hasta plantearme lo de  la auto publicación. Pero ahora ya he decidido que ya está, que si ha de llegar, llegará.