En 2010, después de 25 años, dejé de ser funcionaria (en un municipio de la CAM) para dedicarme a la Psicoterapia, el Aprendizaje y el Coaching Asistido con Caballos.
El inicio lo suscitó una yegua que al morir, me hizo tomar consciencia de lo importante que había sido el vínculo que establecimos a lo largo de una "mala racha laboral" -baja por depresión, mobbing, etc...- A los 3 meses, me compré un caballo, lo que me costó el divorcio y ahí emprendimos la aventura. Hoy tengo un caballo en propiedad y toda una manada (6) como compañer@s facilitadores en mi trabajo.
Cuando descubrí esta metodología de trabajo, me han surgido multitud de frases para describirlo, pero la más, tal vez irreverente, es la de: "desde que descubrí a los caballos, Freud ya no me sirve".
Me han llamado "Cazadora de Almas" en relación a mis fotos y dicen que me apasiona "el animal humano" -cierto-