Es la primera vez que no tiene ganas de escribir. En realidad, desde que ella se fue, no tiene ganas de nada.Pero que no tenga ganas de escribir le preocupa. No sabría decir cuántas veces se ha sentado frente al ordenador con la intención de…

El ventilador era lo único que rompía el silencio absoluto que reinaba en la habitación, mientras, Raúl se dejaba caer en su silla de escritorio como si llevara a su espalda todo el peso del mundo.La pantalla del monitor brillaba iluminando s…

Eduardo se secó el sudor de la frente, aunque no hacía calor. Su cuerpo estaba rígido, su espalda dolorida, y su cabeza a punto de explotar. Llevaba media novela escrita, unas mediocres 80 páginas que le habían costado seis meses de esfuerzos…

Jose odiaba su trabajo. Odiaba ser camarero y cobrar su infame sueldo de cuatro euros la hora. Odiaba tener que trabajar los domingos y le fastidiaba su turno partido con un incómodo agujero de tres horas entre el turno de la mañana y el de l…

Lo hice lo peor que se podía hacer: No busqué un alias sugerente: usé mi propio nombre. La foto de mi perfil de escritor era de hace años. Las redes sociales: las mías, personales. Cero inversión en publicidad. Auto publicación en una platafo…

Se despertó una mañana con la pluma en la mano Con el tintero vació.No reconocía donde había nacido ni al ser cabello plateado que reflejaba el espejo.Quizás su galeón fue presa de embrujo. O acaso un tripulante traicionero manipulo el majar…

Sentado en el escritorio, con la creatividad por delante y todo el tiempo del mundo, pero preguntándose si ya era demasiado tarde. Tarde para volver a empezar o para abandonar su proyecto. Tarde para eliminar la historia de quien ahora le som…

Intentó de nuevo ponerse a la tarea, continuar con su libro, pero cómo podría escribir después de lo que había ocurrido?Abandonado, hace tan poco, por quién menos se lo esperaba.Manchitas, su gata, le había dado plantón.¿Cómo de patético tien…

¡Ya me gustaría decir como el bueno de Paco Umbral que «he venido aquí a hablar de mi libro»! Sin embargo, pasan las semanas, los días, pasan las horas con sus minutos, segundos y el resto del gremio y aún continúo en el mismo punto muerto, c…