Al fondo del pasillo el atril vacío me grita que lo han desnudado y el resto de libros me lo recriminan en un eco ensordecedor, como si fuese yo culpable de esto. Me giro un poco aturdida a mirar a mi alrededor y, aunque el repaso ha sido ráp…

Un mundo sin libros que agoniza, jugar a soñar que viven y leemos sus aventuras.¡Qué desastre, las publicaciones han desaparecido! Una tristeza me embarga y me deja boquiabierto, soy el último escritor en la faz de la Tierra que va a publicar…

El día del robo sufrí un ataque de ansiedad, desde entonces mi alicaído cuerpo me suplica relajantes para poder dormir. Se llevaron todos mis apuntes, mis pensamientos, mis sueños y mis esperanzas. Pues estaba completamente segura que iba a s…

-Buenos días, el conocido empresario inmobiliario Mauricio Casanova, que saltó a la fama por reconocer que sus primeros negocios habían sido exitosos gracias a los conocimientos adquiridos en el juego del Monopoly, (jugando partidas intermina…

Cada viernes al dar las 4 de la tarde, veo como todos corren a sus casas alegres, sonrientes y dándose empujones unos a otros. Todos tienen una cita con sus amigos online a través de la "Play Station". Sin embargo, yo no tengo ningún amigo, n…

Como cada semana, mi grupo de amigos y yo nos reunimos para nuestra partida de Rol; nos encanta recrear a nuestros personajes y sumergirnos en el juego.Mi personaje, es una hechicera rubia de ojos celestes; cuento con un lobo negro de dos met…

Desperté en una cama con dosel de tela de un color rosa pastel para nada agradable.«¿dónde estoy?», pensé analizando la habitación. El mobiliario es de madera, de estilo clásico y envejecido. La vela de un candelabro dorado ilumina la estanci…

     Érase una vez una niña que nunca lo fue, ahora ya anciana, su nombre era Celia, su rostro ajado mostraba las huellas de una vida vivida, de sinsabores, pero también de alegrías. Su pelo blanco, era el testigo mudo del paso del tiempo, un…

Érase una vez una niña que soñaba con ser astronauta para abrazar las estrellas, esos cuerpos celestes que brillan con luz propia y que a Camila entusiasmaban desde que era una zagala, tumbarse a la luz de la luna y observar el cielo estrella…

almohada. ¿Almohada? Ni siquiera un bicho o una partícula de polvo capaz de volar alegre por la habitación. Intenté gritar y luché para escapar de este cuerpecito de plumas que...ummm, realmente era suave. No me dio tiempo a regodearme en mi…