Con quien comparto almohada

Sobre el libro

A menudo se piensa en la vida como una larga historia. Sin embargo, en perspectiva, está compuesta por una miríada de relatos cortos. Desde el trayecto en autobús hasta la cena con amigos, una cita, el cumpleaños de los hijos o la reunión de la comunidad de vecinos, nacemos, morimos, y en mitad, somos seres episódicos conectados por apegos y rencores.

Los cuentos de Con quien comparto almohada están escritos a partir de la mirada y el tacto, de la virtud de intuir y la imprevista necesidad de explicar. Por qué nos encontramos, nos juntamos y, en ocasiones, nos queremos; o por qué sin amarnos nos llegamos a entender.

Las razones de las parejas se confunden casi siempre con sus porqués en esta serie de relatos inspirados por el privilegio del amor, el pánico a perderlo y la tentación imposible de esquivarlo.

Con quien comparto almohada reúne estos ocho relatos:

No se lo digas a Amanda
La estatura del miedo
La verdad de Ana Olsen
Segunda residencia
Noches de verano
Por eso la tristeza
Árboles con corbatas de seda
Lecciones de Derecho administrativo I-XI



Fotografía que será la portada de Con quien comparto almohada. Es obra de Nacho B. Sola y es una de las recompensas exclusivas y limitadas de la campaña de crowdfundng.

«A veces, todo no sirve de nada», dijo Adela Lérida. Se levantó para despedirlo, o para abrir la puerta del despacho y notar el aire del sistema de refrigeración en su cara, secuestrada por ese ambiente de telarañas donde incluso un alumno tan joven la había hecho bucear por pasiones ancestrales. Nada más girar el pomo, Tomé recogió los trozos y salió, y corrió a ver la luz del exterior, embrutecida por la memoria de las cosas que suceden.

Del relato 'Lecciones de Derecho administrativo, I-XI'

Sobre la autora

Dice Elena Ferrante que las mujeres escriben para explicarse a sí mismas. Me gusta pensar que es cierto, si bien creo que una parte de la manía de contar sale del ansia de vivir. Escribir es una forma de entusiasmo, la cual, junto con mi padre y desde bien temprano, me aupó a los libros.

Nací en Madrid, estudié Periodismo, aprendí un oficio. Cuando todo parecía una suerte de argumento naturalista, huí por el margen. Para escapar de la contradicción, persigo el término medio de las emociones. En la búsqueda de un sencillo equilibrio, suelo toparme con personajes, tramas y apegos.

En 2011 publiqué el ensayo Wikileaks. La Era de los Soplones, donde me retaron a narrar sin inventos. Resido en la ciudad. Imagino lo que sería mudarme al campo y ser una más.

Por qué apoyar el libro

Leer cuentos es atreverse a cruzar varios mundos en un solo viaje. Si España fuera América Latina, nadie tendría que insistir en la importancia del relato como género en sí mismo.

Con quien comparto almohada recoge cuentos cuyos protagonistas se ven unidos por las relaciones de pareja. Lo cotidiano de quererse o dejar de hacerlo abre paso a personajes trazados por el apremio de los afectos.

Este es un proyecto para contar en alto las historias que casi siempre se recrean en susurros. Igual que para sacar adelante cualquier idilio se precisa el coraje de los amantes, editar un volumen de cuentos requiere lectores a priori comprometidos, impetuosos mecenas dispuestos a escuchar una voz nueva.

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