Ha soportado la maldita crisis del sector como ninguna otra. Lamentablemente, he visto cerrar muchas.
Es una suerte, al caminar, verla abierta, encendidas sus luces. Me agrada que los chavales acudan a curiosear sus libros, cómics, o a comprar sus materiales. Mientras quede una librería abierta y la gente acuda, hay esperanzas.
Apoyar es colaborar, a fin de cuentas, creer en algo. Y eso es lo que ha hecho la Librería Bimpi, al hacerse mecenas de mi obra "DONDE HABITA TU ROSTRO"