Mi vida con un TDAH

Sobre el libro

Cuando el TDAH entra en tu casa te revoluciona el alma, tu hogar y todo lo que te rodea. El diagnóstico provoca una serie de sentimientos encontrados. Por una parte descansas porque por fin tus miedos ya tienen nombre, aquello que te ha robado el sueño durante meses, o quizá años, no es culpa tuya. No eres mala madre o mal padre, los problemas de comportamiento, de aprendizaje y de socialización que veías en tú hijo tienen un porqué. Por otra, con el diagnóstico se abre ante ti un abismo que te parecerá infranqueable. No puedes hablar de lo que le pasa a tu hijo con nadie (quizá con otro padre u otra madre que también conviva con un TDAH), miras a tu alrededor y todo el mundo te culpa, todo el mundo se atreve a opinar: “tu hijo hace contigo lo que quiere”, “es un maleducado”, “la culpa es tuya porque le consientes todo”, “es un vago”… Seguro que sabes de qué hablo.

En Mi vida con un TDAH pretendo compartir mis vivencias, mi día a día y todo lo que he aprendido durante años de estudio, cursos. También quiero compartir lo que mi pequeño príncipe me ha enseñado, que es mucho. Para ello cuento con la inestimable ayuda de César Soutullo, director de la Unidad de Psiquiatría Infantil y Adolescente de la Clínica Universidad de Navarra.

Educar a un TDAH es una maratón, una carrera de fondo en la que no te puedes permitir el lujo de bajar la guardia.

Sobre la autora

Soy periodista porque nunca he querido ser otra cosa. Pertenezco a ese grupo de afortunados que siempre han tenido claro lo que querían hacer en la vida. Desde que tengo memoria y, lo que es más importante, desde que tienen memoria los que me quieren, siempre he sabido que quería ser periodista.

Pasé por la Facultad de Ciencias de la Información de Navarra sin pena ni gloria. No me seducía lo que veíamos, para mí el periodismo siempre ha sido saber contar historias y en clase siempre tuve la sensación que estaba haciendo COU seis veces (le eché uno más).

En aquellos años, en plena década de los 80, prefería alimentar mi alma leyendo, en conciertos o perdida entre exposiciones, cualquier cosas me interesaba más que saber que la ‘Gazzette de Renaudot’ se fundó en Francia en 1631… Ahí lo dejo.

Tocada por la varita de la suerte, acabe la carrera en una época que había pocas facultades de Comunicación y una gran apertura de medios. Así que a mis 25 recién cumplidos comencé a trabajar en El Mundo y entre sus paredes he pasado 23 años, la mitad de mi vida.

Allí aprendí que me encantan los retos y que lo que más me seduce es poner en marcha nuevos proyectos. Lo admito, soy una yonkie de profesión. Soy una privilegiada, mi trabajo ha sido siempre mi pasión. Nunca me ha importado pasar 12 horas en el periódico, nunca me he ido con mal sabor de boca. Puedo afirmar que entre las paredes de El Mundo he sido feliz y he hecho grandes amigos. Ahora alterno la redacción de El Independiente y Mi vida con un TDAH.

Por qué apoyar el libro

Decir TDAH es sinónimo de polémica. Entre los que consideran que el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad no existe, los que aseguran que está sobre diagnosticado o le echan la culpa a las nuevas tecnologías y los que se manifiestan absolutamente en contra de la medicación, el debate está servido.

No entro en deliberaciones ni en asuntos médicos (eso se lo dejo al doctor Soutullo). Mi vida con un TDAH nació como un blog en el que pretendía compartir mis miedos, buscaba no sentirme sola en una batalla que se me antoja agotadora e interminable. Soy una privilegiada porque, gracias al blog, he tenido la oportunidad de leer y estudiar todo lo que ha caído en mis manos sobre el TDAH. Durante este tiempo he recibido llamadas, correos y post en los que cientos de madres (casi siempre son madres desesperadas) me escriben agradecidas por las anécdotas compartidas. El blog ha crecido y se ha transformado en un libro escrito desde el corazón, un libro que lo único que pretende es acompañar a los padres que seguro en algún momento se han sentido igual que yo, perdidos y sin poder desahogarse.

Mi vida con un TDAH es también una llamada a los maestros. Ellos tienen un peso importante en la educación de nuestros hijos y en la mayoría de los casos no están preparados para que el TDAH entre en su aula.

Y, por qué no, Mi vida con un TDAH puede ser una magnífica herramienta para los especialistas. La presencia, la opinión y los consejos del doctor César Soutullo resultan impagables.

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