No te hundas, Johnny

Sobre el libro

Johnny Fish es un grunge fuera de época que lucha por encontrar su sitio en un mundo que en ocasiones parece darle la espalda. Pero la jode. Johnny Fish es un grunge al que poco le importan las cosas más allá de su colección de discos y sus amigos. Pero la jode. Johnny Fish es un grunge inmaduro, irresponsable, mezquino, egoísta, egocéntrico, pasota, especialista en pajas mentales, y por momentos, gilipollas. Pero grunge al fin y al cabo. Y como siempre, la jode. Hasta que un día aparece Audrey, una chica de la que apenas conoce su nombre pero por la que está dispuesto a hacer las cosas bien. Lástima que todo ello le lleve sin quererlo ni beberlo a pasar la última noche del Primavera Sound encerrado en una habitación de hotel a punto de recibir un disparo en la nuca. Pero no importa, pase lo que pase después, tú no te hundas, Johnny.

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Cómo le gustan los domingos por la mañana, sobretodo en ese instante de recién despertar cuando suena la canción que tenía reservada en el primer puesto de su casete. La Velvet Underground le arranca de su sueño y la voz de Lou Reed le da los buenos días.

Johnny se regodea en la cama. Siente el aroma de sus sábanas usadas con ese olor tan característico como sólo huelen sus sábanas usadas. Nunca ha entendido por qué la gente prefiere unas sábanas limpias con olor a suavizante o a jabón de Marsella, son demasiado impersonales. Según él, unas sábanas deben hacerse al cuerpo de la misma forma que el cuerpo a ellas; es una relación íntima la que se establece entre un cuerpo y las sábanas de su colchón. Johnny necesita marcar sus sábanas como un animal marca su terreno, son horas de sueño y trabajo.

Bosteza como si quisiera poner a prueba la elasticidad de la piel que rodea sus labios, y da los buenos días al mundo. Se quita las legañas del ojo derecho y después las del izquierdo, y entonces parpadea. Ordena a sus pupilas que calibren la luz que entra por la ventana, pero están perezosas. Por suerte hoy es domingo y la ciudad se empereza con él. 

¡PLONK! ¡PLONK! ¡PLONK!

Mierda, hoy no es domingo, piensa, pues a juzgar por esos ruidos de obras en el piso de arriba, hoy es lunes. Maldita sea, se ha dormido... parece que ayer también se le olvidó cambiar de hora el despertador, y entonces sentencia que los lunes son el día más prescindible de la semana.

Johnny salta de la cama, entra en la ducha y gira la manecilla para descubrir que es demasiado tarde, han cortado el agua. Se viste unos tejanos y la primera camiseta aparentemente limpia que encuentra (hoy toca la de Green River, que quede claro), pulsa el botón de stop del radiocasete junto a la cama, le dice adiós a Tad, y sale escopeteado del apartamento.

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Sobre el autor

Borja Figuerola (Barcelona, 1985) crece en un pueblo de extrarradio regado por las contaminadas aguas del Llobregat bajo influencia anglosajona y la educación pública, todo ello aderezado por una irrefrenable obsesión por la música y las emociones intensas. A los diecinueve años abandona el hogar de sus padres para licenciarse en autodidactismo, escritura de magazines culturales independientes, y en descubrir que la vida y las relaciones son mucho más complejas de lo que le habían dicho. Ah, y en Publicidad y Relaciones Públicas, para darse cuenta después de que eso no es lo suyo.

Superado algo parecido a una crisis existencial, Borja Figuerola cursa dos posgrados de escritura de guión para cine y televisión, y decide dedicar su tiempo a escribir ficción mientras vende discos en una conocida tienda de la ciudad condal y colabora con varias revistas musicales de distribución estatal. No te hundas, Johnny, es la primera novela de un autor dado a escribir sobre sí mismo en tercera persona.

Por qué hay que apoyar este libro

«Porque Johnny es alguien a quien detestarás, de quien te burlarás, a quien odiarás, pero de quien te enamorarás y a quien cogerás cariño y tal vez, sólo tal vez, llegues a echar de menos tras la última página. Porque Johnny somos todos, o lo hemos sido cuando nos hemos sentido solos pese a saber, en lo más profundo, que no lo estamos. Es alguien que hemos sido todos cuando nos hemos creído que el universo orbitaba a nuestro alrededor, y no al revés. Pero sobretodo, Johnny es alguien entrañable que cree saber mucho más de lo que realmente sabe, y que está pidiendo a gritos mudos sentirse querido y acompañado.

Porque ‘No te hundas, Johnny’ es un relato ameno, distraído, que trata temas oscuros (o no) que están a pie de calle, y que trata el día a día y las relaciones personales con esa sinceridad que muchas veces le falta al propio día a día y a las relaciones personales. Es un descenso a los infiernos de su protagonista, que podríamos haber sido perfectamente cualquiera de nosotros a nuestros veintitantos, en un mundo imperfecto en el que aprender que nada está exento de esfuerzo. Porque es un relato optimista que aboga por el equilibrio de las cosas pese al desasosiego, con una historia de amor aparentemente imposible dentro de una inesperada trama policíaca. Ah, y porque te hará (son)reír.»

— Borja Figuerola

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