Política en serie
La ficción que inspira al poder
Un libro de Julio Otero y Diana Rubio (Coordinadores) con el apoyo de 293 mecenas
La política hecha por mujeres
La mujer siempre inspira valores en cada uno de los ámbitos en el que nos movemos. Y lo hace con unos rasgos de sensibilidad, sensatez y profesionalidad que se hacen notar allí por donde pasa. Unos rasgos característicos y definitorios. Y en la política no podía ser de otro modo.
Voy a hablar durante las siguientes líneas de mujer y política. Podría haber titulado este capítulo como "La mujer a través de la política”, pero considero que es al contrario. La política es la influenciada por la mujer. Es la política y sus mecanismos de acción los impregnados de valores femeninos.
Por lo tanto, “La política hecha por mujeres” es una reflexión que se hace eco de situaciones reales y lógicas que series de televisión como Madam Secretary (CBS) nos plantean, y que a nosotros nos gustaría ver en la política real. Cómo una mujer puede llegar a estar al mando de la Casa Blanca, siendo antes Secretaria de Estado (aunque la realidad siempre puede superar la ficción). No obstante para mi, la principal aportación de la serie Madam Secretary va por otro lado. Por el lado humano y familiar combinando el drama político, una red de conspiraciones y la historia familiar de la protagonista.
Personalmente, me atrae mucho que la protagonista y Secretaria de Estado tenga que lidiar con situaciones muy parecidas a las de cualquier mujer, por el hecho precisamente de ser mujeres. En el ámbito familiar, con sus hijos y con su marido. En el ámbito político, las intrigas no tienen nada que ver con el nivel de otras series con la temática de Washington, ya que es menos oscura y por lo tanto podría resultar menos adictiva que House of Cards, por ejemplo. Entre otras cosas, porque la Secretaria de Estado protagonista de Madam Secretary no tiene adicciones, su marido es fiel y no hay asesinatos. Podría decirse que Madam Secretary muestra una mirada más esperanzadora sobre el mundo de la política hecha en Washington y eso es de agradecer. Sobre todo cuando todos sabemos que existe un rumor legendario según el cual estamos obsesionados con Washington. Queremos saber más. Queremos saberlo todo. Aunque no sea cierto. La política de altos vuelos nos atrae. Y mucho.
En la serie que va a guiar este capítulo la protagonista es Elizabeth McCord, interpretada por la actriz estadounidense Tea Leoni, y encarna a una profesora y ex agente de la CIA que de repente ve cambiar su vida cuando le nombran Secretaria de Estado, tras la repentina muerte de su predecesor asesinado en un accidente de avión (quizás me he apresurado a decir que no hay asesinatos).
Sobre ella decir es una mujer de esas que yo llamo admirablemente “todoterreno”, ya que es experta en diplomacia internacional, se maneja muy bien en el juego de la política y el protocolo, y hace todo lo posible por lidiar con asuntos personales y profesionales.
En la serie, que empieza mostrándonos a McCord limpiando su establo mientras le ofrecen el puesto más alto de la diplomacia estadounidense, se muestra desde el principio como a la protagonista no le va a quedar más remedio que hacer frente a un equipo de profesionales en su oficina que, sin recibirla mal, tampoco confían en ella. Se moverá en la jungla política de primer nivel sin haber tenido jamás aspiraciones de este tipo y, para colmo, en casa le esperan tres hijos en un tramo de edad como mínimo complicado (entre 12 y 20 años).
A priori, su marido sí entiende que, ahora, su esposa acaba de casarse con la Casa Blanca. De hecho, a lo largo de los capítulos más complicados de la trama de la serie, el papel de su marido, como ella ex agente de la CIA aunque vaya de tranquilo y adorable profesor de universidad, se hace imprescindible para entender el apoyo racional de la pareja durante tu día a día. Y si tu día a día es en Washington guiando lo diplomacia exterior de los Estados Unidos de América, el apoyo se hace imprescindible. Así que una de las cosas que resalto desde estas primeras líneas del capítulo, es el rol del marido de la Secretaria de Estado McCord ya que en el mundo en el que nos movemos, no debe ser fácil para un hombre mantener esa confianza al lado de una mujer con tanto poder.
Que en la actualidad haya series como Madam Secretary con una mujer fuerte al frente, es bueno pero creo que queda mucho por hacer respecto a los hombres que las acompañan. Con Madam Secretary queda claro que ya era hora de que hubiera un hombre que se mostrara tan encantado con el éxito de su mujer, la cual tiene que asimilar que deja su burbuja académica y familiar para sumergirse en un ambiente donde las crisis internacionales y las luchas de poder copan la agenda del día.
Por paralelismos con otras series de temática mujer y política, Madam Secretary y las complicaciones a la hora de conciliar vida política, personal y familiar de las mujeres, recuerda bastante a lo que ocurre, por ejemplo, con la protagonista de la serie Borgen.
El personaje las convierte en féminas de un universo paralelo brillante y con estilo. Como muestra, Madam Secretary y el universo femenino. No sólo a Borgen me ha hecho recordar casi de inmediato, sino también a The Good Wife. Otra serie con una imagen excepcional, un cuidado guión, un reparto a la altura y una mujer aparentemente normal, pero brillante como protagonista.
Los capítulos presentan una misma estructura: problema político para la Secretaria de Estado McCord, desconfianza de sus colegas de gobierno ante la solución que propone, complicaciones y final más o menos feliz.
Por su perfil es inevitable acordarse de Hillary Clinton. El corte de pelo, ciertos rasgos de su carácter, o sus pasos en política. Los productores de la serie reconocen que la idea para la serie se les ocurrió cuando Hillary Clinton se encontró en una posición muy comprometida debido al ataque al consulado estadounidense en Bengasi (Libia), en septiembre de 2012. Un momento en el que Hillary Clinton fue muy cuestionada por parte de los conservadores. Este hecho fue la inspiración, según comentó en una entrevista la creadora de la serie, Barbara Hall, aunque también ha recalcado que la protagonista no tiene nada que ver con Clinton.
Personalmente, no creo que se buscara que la protagonista fuera una política tan experimentada, sino que el objetivo es mostrar a una mujer lidiando con la realidad de su vida personal y pública. Una mujer normal con problemas normales. Una mujer a la que mucha gente votaría.
1. ¿Qué significa ser mujer y trabajadora?
Lo que siempre he admirado de mujeres como la protagonista de la serie Madam Secretary, es su nivel de adaptación sobre aquello en lo que yo, al menos, no tendría tanta soltura. Por ejemplo, sa la hora de organizar una agenda repleta de toma de decisiones en el día a día en la oficina junto a la toma de decisiones en el día a día de tu familia. Mujer y trabajadora, en cualquier ámbito, significa responsabilidad. Tener un grado de exigencias mayor que el resto.
Cuando un hombre trabaja más horas se considera que lo hace en pro de la familia. Si lo hace una mujer pensamos que está dejando la familia de lado. La Carta de Derechos de la Unión Europea señala que la principal prioridad en política familiar es la puesta en marcha de medidas que permitan conciliar la vida familiar y la profesional. En definitiva, no sólo a no esconder a nuestra familia por el hecho de ser mujer y trabajadora, sino a hacerla compatible con nuestro trabajo profesional. Pero no nos confundamos de debate. Esto no es el resultado de una batalla particular, sino el reconocimiento de un derecho social.
Precisamente, en la serie Madam Secretary se hace evidente, desde el principio, que el uso de tu tiempo condiciona bastante el resultado de tu éxito o fracaso, dentro del complicado mundo de la conciliación laboral, tanto para mujeres como para hombres. Mismos derechos, mismas obligaciones. Misma mirada. Misma perspectiva. Sin ellos o sin nosotras, no habría igualdad. No habría conciliación.
• Conciliación
Compaginar una agenda llena de crisis internacionales con crisis familiares no debe ser fácil. A juzgar por lo que vemos en la serie Madam Secretary, la Secretaria de Estado McCord, en todo momento siempre se plantea una elección. Conciliación entendida como la mejor forma de casar dos alternativas o situaciones, en principio imposibles de casar, y sin que ninguna de ellas sufra ninguna consecuencia por el camino. Nos parece casi misión imposible, porque siempre existen riesgos de fallar en las expectativas respecto a la conciliación laboral y familiar respecto a la mujer trabajadora.
La protagonista de la serie Madam Secretary juega con ello y cuando se plantea alguna crisis internaciones, lo cual suele ocurrir en bastantes ocasiones durante la serie, siempre tiene que elegir entre familia y trabajo. Y en cada elección hay consecuencias. La secretaria McCord elige trabajo. Sus serias responsabilidades como Secretaria de Estado tienden a ganar en la pugna entre hijos y marido. Un conflicto que vemos, no tiene nada que envidiar al de los países árabes en cuanto a dotes de diplomacia se refiere y sin infravalorar, obviamente, el tipo de crisis internacionales de las que hablo en primer lugar.
A mitad de la seria, damos por hecho que la Secretaria de Estado no sólo ha aprendido lecciones en cuanto a su nuevo trabajo diplomático. También ha aprendido a ser paciente con su familia y con ella misma. No viéndose a forzar situaciones que otros veríamos como poco habituales, tales como llevarse a sus hijos pequeños a un viaje de trabajo a Oriente Medio donde sufren un atentado toda la comitiva estadounidense incluyendo a su familia. Situación la cual ya previamente había creado polémica con los niños y su marido ya que ninguno de ellos quería pasar un fin de semana, que habían organizado con escapada al campo, en Oriente Medio y con una agenda de trabajo para su madre que les iba a imposibilitar pasar mucho tiempo juntos.
Un ejemplo, de otros muchos de la serie, en la que la palabra conciliación supone mucho más que eso. Conciliación es mucho más que una palabra.
• Aspectos culturales
La conciliación de la vida laboral, familiar y personal es uno de los retos más importantes de nuestra sociedad desde principios del siglo XX. Los cambios sociodemográficos, económicos y culturales, así como la creciente incorporación, la permanencia de las mujeres en el trabajo remunerado y la mayor implicación de los hombres en el ámbito doméstico y de cuidados de familia, han situado esta cuestión en un primer plano de las agendas políticas de los países democráticos.
Hace apenas 20 años, la ideología de la familia tradicional basada en los roles diferenciales de género era todavía dominante. A mediados de los 90, sin embargo, las actitudes sociales hacia el trabajo femenino y hacia los modelos de familia ya habían comenzado a cambiar. Sin embargo, las responsabilidades familiares siguen siendo percibidas en gran parte de nuestra sociedad, como algo predominantemente femenino.
La familia parece tener, por lo tanto, un significado muy diferente para hombres y mujeres en el mundo del trabajo, manteniéndose un clima de sospecha sobre las mujeres trabajadoras. Por ejemplo, una falta de dedicación o interés profesional, al ser asumido que su prioridad son los hijos. Una sospecha que no aparenta tener sentido para los hombres, para los que el matrimonio o la paternidad no parece ser percibido con ningún impacto negativo.
Este aspecto cultural, presente mediante conflictos familiares y personales en la mayor parte de la trama de la serie Madan Secretary, se trata de resolver en el seno familiar a través acuerdos entre ellos aunque la adolescencia de los hijos pequeños y la rebeldía de la hija mayor, no ayuden mucho.
Creo que precisamente, la serie trata de exponer una cuestión que afecta a toda la sociedad, a la gran mayoría de las familias, demostrando que en gran medida, la conciliación es un aspecto básico de la convivencia, que facilita las relaciones, en la medida en que ayuda a conciliar la vida laboral, familiar y personal. Por ello la razón de traer a estas líneas, los aspectos culturales de la conciliación familiar, laboral y personal ya que es responsabilidad de muchos y variados actores de todos los ámbitos: social, político, económico, y cultural. Esto pone de manifiesto la variedad de actores con responsabilidad en materia de conciliación, o mejor dicho con posibilidades de actuación en este campo.
• Reconocimiento social y profesional
No todas las mujeres quieren ser Secretaria de Estado de su país o agente de la CIA pero sí que todas las mujeres queremos que se nos valore por nuestro trabajo tanto fuera como dentro de nuestros ámbitos profesionales. Y para que se nos valore, debemos ser visibles. Nuestra realidad debe hacerse visible.
No podemos consentir ni callar ante situaciones en las que la presencia femenina sea tan escasa que ni siquiera haya presencia. Sobre ello y sobre mujeres y comunicación política y la necesidad real de dar visibilidad, valor y reconocimiento a estas profesionales, ha nacido Womencompol. Una plataforma profesional que tiene como objetivo fomentar la presencia de las mujeres en el ámbito laboral y profesional de la comunicación política e institucional. Parece que es el único modo de luchar ante lo que ocurre y ya alguien inteligente lo dijo acertadamente, la unión hace la fuerza. Entonces, unión, unión y unión.
Volviendo a la serie, parece que la Secretaria de Estado McCord, tiene bastante claro el papel y reconocimiento que la mujer tiene en su entorno. Gran parte de su equipo es femenino. Aunque gran parte de sus compañeros de juego, de la política, sean hombres, considera la visión, la perspectiva que puede dar una mujer, la mejor opción para resolver muchos de los conflictos diarios que se le presentan. Pero esto es un ideal, ya que la presencia de la mujer en la vida política y profesional, puede considerarse como un hecho relativamente reciente. Y las mujeres tenemos la necesidad de llegar a puestos directivos en la política para conseguir así los cambios reales que nos permitan acceder a una auténtica igualdad en todos lo ámbitos de la vida personal, profesional y familiar.
En un capítulo de la seria, McCord recuerda a su hija mayor, la cual abandona la universidad para trabajar en una cafetería, que hay cosas que su madre nunca le había contado acerca de lo difícil que es madurar. Madurar en el sentido de madurez femenina: trabajo, amores, universidad... La vida real, así es como la define la Secretaria de Estado McCord y es en ese momento, cuando hija y madre se miran y se entienden. ¡Por primera vez!. Y no lo digo yo. Lo reconocen ambas. A partir de ese momento en la serie, ambas dejan de batallar mutuamente. La Secretaria de Estado McCord deja de presionar a su hija mayor para que vuelva a la universidad y la hija, deja de imitar a una rebelde adolescente y deja de enfadar a su madre.
Porque sí. Lo que tu madre no te cuenta suele ser la parte importante. Por ejemplo, debería haber una ley en la que se nos advierta de que las mujeres, por el simple hecho de no haber nacido hombres, contamos con más dificultades respecto al sexo masculino. Por ejemplo, un boceto para esta ley de carácter informativo y de obligatorio conocimiento para mujeres y hombres, tendría estos puntos:
-Las mujeres sin recursos sufren una doble discriminación a causa de su género y de su nulo poder adquisitivo.
-La educación es básica para ofrecer las mismas oportunidades a hombres y mujeres para que de esta manera, las mujeres lideren un cambio. Las mujeres que han estudiado mejoran el entorno y la sociedad en la que viven, contribuyen a la economía y ayudan a cambiar los estereotipos de género. Hoy en día sigue habiendo grandes diferencias en la educación entre hombres y mujeres.
-Las mujeres contribuyen enormemente a las economías de los países, ya sea trabajando en empresas, en el campo, como cuidadoras o emprendedoras. La desigualdad en el entorno laboral se hace evidente en la brecha salarial y en el tipo de trabajo y condiciones que desempeñan muchas mujeres. Muy pocas ocupan puestos directivos.
-Aunque cada vez hay más mujeres que se dedican a la política o tienen cargos de responsabilidad, su representación sigue siendo mínima si la comparamos con la de los hombres.
-Los medios de comunicación tienen un importante papel en la creación de opiniones y actitudes. La información que se ofrece en los medios puede deshumanizar a la mujer cuando se habla de casos de violencia de género pero también puede dar voz a mujeres que representen un modelo a seguir para muchas otras.
-Las guerras causan una profunda herida en la sociedad y dejan a las mujeres y a las niñas en una situación muy vulnerable. Una realidad en este sentido es que violaciones y agresiones son utilizadas como tácticas de guerra.
2. ¿Qué significa ser mujer en política?
“Si una mujer entra a la política, cambia la mujer, si muchas mujeres entran a la política, cambia la política”. Lo dijo Michelle Bachelet y estoy completamente de acuerdo con ella. Al principio de este capítulo ya aclaré que podía haberlo titulado “La mujer a través de la política”, pero considero que es al contrario. La política es la influenciada por la mujer. Es la política y sus mecanismos de acción los impregnados de valores femeninos.
La política hecha por mujeres es marca propia y no lo digo yo, lo dice nuestra historia. La más reciente y la más antigua. La protagonista de la serie Madam Secretary es el fiel reflejo de que su presencia en la primera línea de la política estadounidense no es una norma, sino una excepción. Y es que hacerse un hueco propio y ocupar los primeros puestos en sectores liderados únicamente o mayoritariamente por hombres y romper moldes es tarea de muchas mujeres a diario.
Sabemos que la participación de las mujeres influye en la política. Las mujeres aportan a la política puntos de vista, aptitudes y perspectivas diferentes que ayudan a conformar el programa político de una determinada administración o país. Los cambios en la manera en que funcionan los parlamentos reflejan la influencia positiva de la presencia de las mujeres. Un orden de prioridades diferente de las cuestiones y políticas, así como la sensibilidad hacia las cuestiones de género en todos los aspectos del gobierno, especialmente en la elaboración de los presupuesto y la introducción de nueva legislación y cambios a las leyes vigentes. La participación de las mujeres en la toma de decisiones de gobierno dan una visibilidad política importante a los derechos de las mujeres en todo el mundo.
Pero para la secretaria McCord y muchas mujeres estar en política no sólo es ser una cifra. No sólo es una cuota de representación. Porque la presencia de mujeres en la política, en nuestra política, es importante para que las mujeres estén situadas en puestos con posibilidades reales de ser elegidas ya que son frecuentes los casos en los que se las coloca al final de las listas para equilibrar el porcentaje (mal) llamado de paridad. El mecanismo más eficaz para contrarrestar esta práctica es el establecimiento del sistema cremallera con la alternancia de mujeres y hombres en las listas.
En muchos momentos importantes a lo largo de la serie, la Secretaria de Estado McCord se sienta rodeada de hombres en la mayoría de reuniones donde se deciden cosas importantes de la política exterior estadounidense. Se observa alguna mujer, pero ¿podemos considerar que estamos en condiciones de igualdad para plantear y llevar adelante con posibilidades de éxito nuestra carrera profesional?
De hecho, si observamos atentamente los sectores de ejecución de políticas adjudicados a las mujeres tienen que ver habitualmente con los departamentos de la mujer, las políticas de igualdad y los servicios sociales, prolongando el rol históricamente encomendado al sexo femenino de “mujeres cuidadoras”. ¿No va siendo hora ya de reivindicar que las políticas de las mujeres se descuelguen de los ministerios y departamentos de “asuntos sociales” para tener entidad propia?
El final del siglo XX y los comienzos del XXI han sido importantes y positivos para las mujeres. Desde una perspectiva mundial se ha logrado la visibilidad de los problemas de igualdad de sexos. Aunque las sociedades se resistan, a nadie se le escapa que la presencia de las mujeres en el espacio público es imposible de frenar.
• Familia siempre lo primero ¿o no?
Suelo escuchar en boca de mujeres que han logrado situarse en una posición profesional destacada, haberlo alcanzado “por su esfuerzo personal y por su valía personal, no por ser mujeres”. Olvidan así alegremente la historia: nuestro derecho a ocupar puestos de responsabilidad, a tener estudios y poder ejercer libremente una profesión o simplemente al voto se ha logrado gracias a la lucha del movimiento feminista. Para que a nivel individual podamos actuar en libertad es necesario el reconocimiento de los derechos colectivos, de los derechos de todas las mujeres, y no nos engañemos: aún queda mucho por hacer.
Durante la serie, la Secretaria de Estado McCord trata de equilibrar el reparto más equitativo entre su marido y ella de las tareas y responsabilidades en el espacio privado. Aunque debido a la responsabilidad de su trabajo, el ámbito familiar y privado siempre sale perdiendo. Antes señalé la clave donde buscar en el guión de la serie. Un particular aspecto y es que en todas las escenas familiares de la cena o desayuno, su marido ya está en casa. Ya ha hecho café para el desayuno y ya tiene preparada la cena.
¿Una Secretaria de Estado no puede permitirse tiempo para estas tareas cotidianas? Sí. Pero en el guión no hay hueco. No se da cabida. Por lo tanto, no lo vemos. Y si no lo vemos, no existe. Y si no existe ¿no es importante?
He repetido varias veces durante este capítulo que la visibilidad lo es todo. Y que las mujeres ya aprendimos hace tiempo una lección muy valiosa: la unión hace la fuerza. En el caso de la Secretaria McCord parece fácil ser visible. Desde un cargo importante, el más importante de la política estadounidense, utiliza su mirada para dar una nueva perspectiva de las cosas. De la manera de hacer política. Lo cual le lleva a buscarse problemas y hostilidades con el ejército, la armada y hasta en su propio equipo de colaboradores. En alguna ocasión, la hostilidad se traslada a la cocina o el salón de su casa. Para su mala suerte, sus hijos también ven la CNN o leen los periódicos, así que si no están de acuerdo con alguna decisión tomada por su madre, la Secretaria de Estado del país, van a reprochárselo.
• Situaciones en las que hay que decidir
Siempre hay que decidir. La vida está llena de toma de decisiones. Y la protagonista de la serie Madam Secretary no es la única que lo sabe. Sabe que debido a su nuevo cargo como Secretaria de Estado estadounidense va a tener que elegir, por ejemplo, entre pasar unos días en familia con sus hijos o un viaje de estado. ¿No es negociable elegir? Es una realidad muy presente en la ficción de Madam Secretary y reafirma lo que millones de mujeres del mundo sabemos por propia experiencia: Quienes lo quieren todo (carrera, matrimonio e hijos) tienen que afrontar decisiones muy difíciles.
La realidad demanda que la sociedad se conciencie y se tomen medidas reales para poder hacer de la conciliación algo posible y, sobre todo, real. Algunas mujeres en la vida real y en la ficción, como la protagonista de la serie Madam Secretary, temen no dar la talla cuando se comparan con modelos poco realistas basados en el consumismo y el egoísmo. Sienten además la presión de imitar los modos masculinos de comportamiento en el lugar de trabajo.
Esta es una preocupación constante en la trama de Madam Secretary. La protagonista se siente incapaz de llegar a tiempo para resolver muchos de los problemas y conflictos familiares y personales de su familia. Sobre todo de sus hijos que cuentan con edades muy complicadas (universitaria y adolescentes).
Comparte con su marido muchos de estos miedos y conflictos internos, pero en gran parte se los guarda. Lo que le lleva a pensar que no hace algo bien. No es una super mujer. No es una héroe. Ni creo que lo quiera ser ni deba serlo. Sufre un cierto sentido de culpabilidad si descuida su papel como madre a cambio del progreso en su trabajo. Precisamente por este motivo, la sociedad necesita valorar tanto a las mujeres que optan por la maternidad como a aquellas que eligen dedicarse al trabajo remunerado fuera de casa.
• ¿Por qué para el hombre es más fácil?
Escribiendo estas líneas me llega un informe publicado por el colectivo “El Club de Malas madres”, que reivindica un cambio en los roles femeninos tradicionales para permitir a las mujeres ser trabajadoras y madres sin que por ello se les exija más que al resto de la sociedad. El informe sociológico nos dice que 8 de cada 10 mujeres con hijos tienen problemas para conciliar su vida laboral y familiar y el 50,7% han asegurado haber vivido experiencias negativas en el trabajo a raíz de la maternidad. Además, el 35,5% de las mujeres consultadas para elaborar este informe han reconocido que no ha sido fácil negociar sus jornadas laborales con sus empresas. Es decir, cero interés por parte de las empresas españolas en invertir y promocionar políticas de conciliación laboral, familiar y personal.
Este informe nos revela de forma clara en qué punto estamos y que es evidente una falta de preocupación en este tema por parte de todos los agentes sociales. Esto está haciendo que las mujeres trabajadoras sean invisibles. El estudio publicado ha sido realizado a partir de una muestra de 4.445 encuestas: http://clubdemalasmadres.com/wp-content/uploads/concilia13f_informe.pdf
En la serie Madam Secretary no vemos esta invisibilidad de la protagonista, pero sí que podemos percibirla a la hora de tratar los asuntos familiares y de corte cotidiano como puede ser hacer la cena. Su marido siempre llega antes a casa pero en cambio, ella es quien se pone el delantal y limpia las verduras bajo el grifo del agua. Escenas como estas en las que no se habla de la cena, sino de asuntos de estado a pesar de que la intencionalidad no es hacerlo.
Este tratamiento de los roles familiares en la serie reflejan nuestro día a día y algo que nos demuestra que la conciliación sigue siendo un problema antiguo en un nuevo contexto.
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