Lo hice lo peor que se podía hacer: No busqué un alias sugerente: usé mi propio nombre. La foto de mi perfil de escritor era de hace años. Las redes sociales: las mías, personales. Cero inversión en publicidad. Auto publicación en una platafo…

«Llamando… César».Al otro lado del teléfono César aceptó la llamada tras el tercer tono.–¡Hola! ¿Qué haces? –saludó Romeo.–Hoy no puedo verte. Imposible.–Vaya… ¿de verdad?–¡Mi mujer! ¡Que viene! ¡Chao!Romeo observó decepcionado cómo el teléfo…

Se despertó con el grito del camarero. Quizás por el influjo del sobresalto, del alcohol o del desengaño, no sabía ni donde estaba, su identidad, o que puñetero año era. Pero… ¿Acaso le importaba?            Cogió fuerzas para levantarse de s…

Yo era escritor. Era uno de los pocos elegidos para traspasar la realidad y entrar en el mundo de la ficción, un mundo en el que cualquier cosa imaginable existía sin más interrogatorios que tu propia mente. Pero ¿qué hacíamos los escritores…

Llevaba varios meses sin escribir nada y mi editor no paraba de darme la murga. Tenía que terminar algo y entregarlo en el plazo de un mes. Pero no podía concentrarme, solo podía pensar en ella.Estaba inquieto, quería quedarme en casa para es…

Lucas no era capaz de avanzar en su proyecto literario; le gustaba escribir sus borradores a mano, pero llevaba una semana sin inspirarse. Y esa tarde no era la excepción.Esperanza había sido su amor platónico desde hacía dos años. Habían emp…

Mi nombre es Ela y quiero contarles mi historia. Tengo 26 años, soy peruana y hace 8 años que me mudé a España con mamá, buscando oportunidades para poder desarrollarme como persona con neurodiversidad.Mamá siempre ha sido mi apoyo incondicio…

Miras el papel, en blanco, frunces el ceño y te estrujas los sesos lo mejor que puedes tratando de que el impulso de escribir algo y manchar la pulcritud de la hoja llegue a tu mano, completamente en vano. Quieres escribir, necesitas escribir…

―Soy un desecho humano.―No lo eres.―Sí que lo soy.―Bien, eres un desecho humano.Tras decir estás palabras, un silencio inundó la habitación. El muy lerdo seguía leyendo mi manuscrito, sin haberse parado siquiera a pensar en lo que me había di…

Llevaba algunos meses viéndome con Bibi cuando me pidió que le dedicara mi primera novela. Y se lo prometí. Lo único vivo en esa página desértica antes del primer capítulo, en la que sigue al título con mi nombre debajo, son unas cortas línea…