—¿Cómo se encuentra esta mañana Mr. Montresor?—Cada mañana la enfermera Julia, me hace la misma pregunta. Su alegre sonrisa y natural simpatía desentona con el ambiente lúgubre y triste del establecimiento. No contesto, ella tampoco espera ni…

En Brackley, la niebla se había apoderado de sus calles. Michael Huntington se preparaba para llevar a su gato al veterinario. Le parecía que la niebla era muy espesa como para conducir, además había tomado algunas cervezas, pero el animal se…

Cerca de la medianoche, alejado del nido y cansado, paré en un poste un instante. Un ulular cercano me puso alertar con terror y pude distinguir la majestuosa figura de un búho real. Raudo emprendió el vuelo en mi dirección y eche yo también…

El desamor ocupo su vida,  la melancolía su alma, las lagrimas su existencia y la apatía su razón.Encontró consuelo en unos poemas de Poe que describían la tristeza, el abandono, la desesperación.Con el libro en la mano salió a pasear, sin de…

Aquella noche fue cuando mi locura sobrepasó la línea. Mi mente dominó mi sistema locomotor, pues aquella, no era yo. Os explicaré mi historia, mejor dicho, la de esa otra persona que hay dentro de mí.Recuerdo que hacía una tarde encapotada y…

No en vano había comenzado a trabajar temprano, las ideas que desbordaban mi mente solían ser maldicientes, nadie las escuchaba pues creería que a nadie le importaban; lo que es muy posible es que les sonaran aberrantes, yo y mi locura contra…

Posiblemente ni llegue a casa. Estoy tan borracho… debí quedarme en la taberna. Las luces del farol parpadean cómo la felicidad que asoma a mi vida y desaparece en un esquina sin salida que jamás logró encontrar.¡Oh! Poetisa hechizada por la…

Odiaba esa casa solitaria. Histórica, la llamaban, pero yo solo podía ver habitaciones frías, oscuras y húmedas; con antiguos cuadros de gente que nadie conocía y que siempre parecían estar siguiéndote con la mirada. El viento se colaba por c…

El reloj marcaba las tres y cuarto cuando el sonido de unos arañazos se colaron en la madera de roble de la casa de los Morris. Madison se desveló y bajó las escaleras llevando sus pies desnudos hasta llegar al recibidor de la casa. Los rasgu…

La sangre, helada, se detuvo en seco, aunque mi corazón no había latido tan rápido jamás. El estómago me ardía y no sabía si reír o llorar. Esos ojos mirándome, no podía ser, ¿cómo iba a estar ahí, en persona, frente a mí?. Me daba igual si m…