De rodillas, la casaca harapienta tras semanas de encierro, el pelo largo y mugriento, las manos atadas a la espalda y, aun así, cuando me mira siento que lo hace desde arriba. Como si yo no fuera más que un insecto que ha tenido la suerte de…

Dicen que la justicia no pertenece a este Mundo. Yo me creí con el derecho a administrar Justicia. El problema tal vez estuvo en que he sido el eterno incomprendido. Pero no os culpo.Desde que me detuvieron tras realizar mi último sacrificio…

Esta historia trata de una chica que yo mismo conoci y saco lo mas cruel de mi ,a tal punto que llego a cambiar mi personalidad,tanto me cambio que aun sigo siendo menos social que antes ,hasta con mis propios amigos.Yo lo podria llamar que s…

Fulgencio trabaja (una modesta pensión de sus progenitores), siempre que sus estudios de psicología se lo permiten.La convivencia en casa es insostenible (su padre es un cerdo maltratador), su madre y  hermana sufren palizas diariamente; él,…

Dices que has venido a pedirme perdón ¿a mi ó a todo el pueblo? Lo que hiciste no fue una uña. Le pegaste fuego a todos los coches de la puerta del mesón, el mío incluido .Cuando te cogió la policía, te ibas riendo. Como ibas drogado y bebido…

Las manos en alto y las rodillas sobre el suelo, la mirada perdida, igual que mi futuro, si acaso alguna vez fue futuro como tal y no un pasado adelantado. Porque esta sed terrible que me convierte en un monstruo no sólo no se ha ido apagando…

Matías se estaba empezando a impacientar. Este era el tercer cigarro que se encendía desde que el barco hubiese atracado. Y nada. Cerró los ojos y dejó que la brisa marina le acariciase las mejillas y que el sonido de las gaviotas le penetras…

Volvería a hacerlo una y mil veces, a pesar de tener una guillotina apuntando directamente a mi cuello, volvería a hacerlo todas y cada una de las veces que fuera necesario.Los gritos de rabia de los hombres llamándome asesina y las lágrimas…

Comisaría de Täby, Suecia.—Sé que la situación en la que me encontraron no habla muy bien de mí, pero el tipo se lo merecía. Toda la ira que derramé sobre él, todo el asco que sentía, me repugnaba y me daban arcadas, pero lo superé. El hombre…

El sabor a sangre inundó mi boca en el momento en que clavé mis dientes con fuerza en mi lengua, mis palabras necesitaban de dolor físico para no atreverse a resonar con mi voz. La mujer me miraba con lágrimas y juicios en los ojos, y su nari…