Las campanas anunciaban inmisericordes las horas. El sudor de mi frente marcaba el papel y la voz de mi madre repetía insufrible lo mismo que otras veces: "Tanto dinero y tiempo invertido para esto. Otra vez te has pasado el día entero ahí se…

Pensaba que se habían olvidado de mí, porque durante un tiempo estuve tranquilo, ya que sólo la bestia grande me daba de comer y me limpiaba la guarida cada cierto tiempo. Pero, por desgracia, no fue así.Una mañana me desperté asustado al esc…

Había ido con mi amo desde Alejandría a El Cairo, en uno de los días más calurosos del solsticio de verano. Nunca me llevaba a sus viajes porque decía que los esclavos no teníamos derecho a estar rodeados de personas importantes y, mucho meno…

La algarabía crecía. El amplio salón de exposiciones se veía abrumado por tanto griterío. Como buenos mercaderes, todos querían obtener el mejor precio para el mejor género expuesto y objeto del regateo.De finas hechuras y supuestas propiedad…

Hasta ahora nunca me había aprovechado de ser amigo del Emir, pero durante años de espera, en la sombra, agotando velas y penurias, la vida me alumbraba hacia este momento único. He aguardado en su alcoba, en su lecho, a veces desnudo y otras…

Siempre oculta, entre las sombras, prisionera, Emine observa desde el quicio de la puerta a su marido, el mercader de alfombras que, como todos los primeros lunes del mes, abre su casa para mostrar las novedades llegadas de lejanos países de…