Astrid es un nombre de mierda

Tapa dura
sin solapas

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SOBRE EL LIBRO

¿Qué harías si un día despertases en una cama de hospital sin recordar qué te ha sucedido y todo lo que descubrieses sobre tu vida te diera verdadero asco?

Esto es lo que le ocurre a la protagonista de esta historia tras sufrir un accidente de tráfico. Astrid no recuerda nada de sus tres últimos años de vida y se niega a aceptar que Jonathan, ese individuo que va a visitarla al hospital y que le resulta nauseabundo, es, en realidad, su novio.

¿Te gustaría saber qué ha pasado y cómo se conocieron?

Astrid es un nombre de mierda es una comedia romántica cargada de humor negro, personajes despreciables, vacío existencial y continúas sorpresas.

Ambientada en la Barcelona más trasnochada, y a través de un flashback de lo más transgresor, Astrid recompone su historia como un reflejo de nuestra sociedad donde las parejas de enamorados asumen su propia mediocridad.

A efectos prácticos es como El Diario de Noa, pero bañada en sífilis. Toda persona que se enfrente a esta novela sentirá más o menos la misma sensación de horror cósmico que después de estar cinco minutos usando Tinder, pero sin la parte de perder toda su dignidad en el proceso.

Sobre el autor

Juan Carlos Ferrer Aranda

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Juan Carlos Ferrer se define como un viejoven de veinticinco años que lleva más de la mitad de su vida dedicándose a escribir, ya sea contando sus desventuras en su blog personal (Juankiblog) o escribiendo crítica cinematográfica para diversos medios como en la web Cine en Serio o la ya extinta Mundocine.

Desde la firme creencia de que cualquier desgracia de uno mismo tiene el potencial de convertirse en la carcajada de otro, Juan Carlos siempre ha intentado hacer reír a los demás con sus vivencias casi a modo de terapia.

No concibe ningún tema al que no se le pueda sacar una vuelta cómica, siempre y cuando se use el enfoque adecuado. Esto le ha permitido desarrollar diversas colaboraciones en la stand-up comedy, que le han llevado a recorrer varios open-mics barceloneses.

Después de tantos años escribiendo sobre sí mismo, Juan Carlos pensó que ya era el momento de contar historias más universales y accesibles para todo el mundo, por eso se lanzó a escribir esta novela de ficción con innegables tildes autobiográficos.

Con Astrid es un nombre de mierda el autor nos habla de las relaciones amorosas tóxicas entre gente horrible y co-dependiente, basándose en una larga colección de experiencias negativas de las que casi siempre se aprende a ser mejor persona.

Para Juan Carlos, los seres humanos somos un work in progress constante y, a veces, necesitamos darnos hostias emocionales para limar nuestros defectos. Por eso, con esta novela pretende que la gente se ría, pero no sin llevarse una buena dosis de amarga reflexión por el camino.