«Gran parte de nuestro pensamiento es mágico, no en el sentido religioso, sino que no tiene que ver con la razón. Mucha gente cree que es cultural, que viene de nuestro pasado ignorante y que lo estamos superando... Pues no, está en los genes, es un producto de la evolución y no nos lo vamos a quitar de encima.»
Juan Luis Arsuaga
Mananya Boonme, más conocida como «Mama Ning», vive en un tranquilo y amurallado barrio residencial en el norte de Bangkok. Guiados por un orondo guarda en motocicleta, pudimos encontrar su casa de dos plantas en un laberinto de callejuelas. La vivienda destacaba por sus muros rosados y la fuente con el dios-elefante Ganesha y la diosa de la Tierra Mae Thorani, entre otras figuras, en la entrada. A la derecha, había una mesa y cuatro sillas con el logo de Hello Kitty y dos altares dedicados a los espíritus protectores. Manos, torsos y cabezas de plástico reposaban en una cesta, mientras que dos muñecos, recién pintados, tomaban el sol en sendas sillas.
Mama Ning se encontraba sentada en el suelo del salón, remedando vestidos de muñecos. Llevaba una sencilla camiseta de rayas azul, varias pulseras y anillos en ambas manos, así como pendientes en la oreja y la nariz. Colgaban de las paredes muchas fotografías suyas, en las que aparecía casi siempre sola, incluida una en la que llevaba un vestido blanco que parecía de novia. Decenas de muñecos de plástico, en su mayoría en versión femenina, llenaban los sillones y sillas por toda la habitación. Eran similares a los que se encuentran en cualquier juguetería, aunque algunos tenían símbolos esotéricos pintados en la frente.
En una habitación contigua, su marido y otras ayudantes aplicaban color a la piel de los muñecos, sobre todo en los mofletes y las cejas para darles una apariencia más vívida, y les arreglaban las ropas. La casa de Mama Ning era también un taller de muñecos mágicos.
La tailandesa nos contó que insufla energía cósmica a los juguetes para convertirlos en thukata luk thep ('muñecos infantiles celestiales'), un híbrido de ídolo y amuleto. Mama Ning creó su primer luk thep hacia 2012. «Mi hijo era muy travieso, así que creé un muñeco mágico para que me ayudara». Según ella, el luk thep, al que bautizó como Peth, surtió efecto y su hijo, que entonces tenía unos tres años, empezó a portarse mucho mejor. Por aquella época Mama Ning se dedicaba a vender ropa para niños, bolsos y muñecos corrientes. Primero empezó a crear luk thep para amigos y conocidos, y luego empezó a tener más clientes, quienes tratan a los muñecos mágicos con la deferencia debida una deidad del hogar. La demanda se disparó cuando famosos y faranduleros aparecieron en televisión con las creaciones de Mama Ning. La médium tailandesa pudo abandonar su negocio de ropa para concentrarse exclusivamente en los luk thep.
Aunque es budista, asegura que también tiene poderes psíquicos y que se comunica habitualmente con la diosa hindú Uma Devi (Parvati), la esposa de Shiva. Cuando le preguntamos si lo que hacía podía entenderse como budismo, respondió: «Sí, lo es, yo soy budista y todo lo que hago es budismo».