Ya somos 34 (¡gracias!), y eso hay que celebrarlo con, al menos, una actualización. Hemos rebasado el tercio de colaboraciones y ya sólo faltan 66 personas para que la novela se convierta en una realidad en papel.
Vamos a hablar un poquito de la novela, ¿les parece?
Varios de ustedes me han preguntado por el origen de la novela, sobre cómo se me ocurrió escribir una historia de vampiros y por qué me decanté por ella.
Es sencillo: me encantan los vampiros. Tanto en su encarnación más antigua, como criaturas bebedoras de sangre y monstruos terribles como en la revisión "romántica" de Anne Rice y juegos de rol como Vampiro: La Mascarada. Me parece que el vampiro como monstruo da mucho juego y me apetecía experimentar con un mito propio y tratar de mezclar la vertiente monstruosa con un pequeño punto de tragedia personal.
En un principio escribí otra historia (Corralejo, ¡quizá la comparta en alguna posterior actualización!) para una fallida antología de vampiros monstruosos, con una criatura bebedora de sangre que conducía por toda Fuerteventura, de víctima en víctima. Me gustó mucho el resultado, cómo había trazado un ser casi alienígena que ya ni se molestaba en hablar o seguir ningún tipo de norma social, más allá de esconder el reguero de cadáveres que dejaba a su paso.
Estaba claro que al final del viaje mi vampiro acabaría siendo algo así, pero me quedaba un vacío antes de llegar a ese punto. Por eso me lancé con Sanguijuela. Creé un mito propio, lo más asqueroso posible, para trabajar sobre él; y decidí empezar la novela con el protagonista a mitad de transformación. Así el lector experimentaba ese body horror tan afín a autores como Clive Barker a la vez que el protagonista, y de paso podría recorrer el mismo camino de degradación moral que él.
¿Cuál es el resultado final de ese viaje? Lo sabrán cuando tengan la novela entre sus manos. ¡Animen a algún amigo a colaborar y estará aún más cerca!
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