🤖 Cuenta una historia que ilustre los derechos laborales del futuro.
Mi abuela no fue al colegio por culpa de la guerra. Empezó a trabajar con catorce años en un almacén de costura, haciendo bordes de vestidos y poniendo cremalleras. Se casó joven y tuvo su primer hijo a los dieciocho. Nacieron dos más a los pocos años, un niño y una niña. Fue ama de casa hasta que se murió su marido y tuvo que compaginar el trabajo para poder mantener a la familia y su cuidado.Mi madre fue la primera de la familia en ir a la universidad. Al acabar la carrera, volvió al pueblo y encontró trabajo en poco tiempo en un estudio de abogacía. Se casó más mayor, con veinticinco, y yo nací cuando ella tenía treinta años. Sigue trabajando hoy en día y se divorció hace dos. Yo también he ido a la universidad, pero no volví al acabar. Me quedé en la capital, buscando un trabajo que no llegó. El paro y mi madre me ayudaban con las facturas, pero cuando el paro se acabó tuve que volver a su casa. En el pueblo encontré trabajo en un supermercado y no me va mal. Con treinta años sigo en casa mi madre, aún no me he casado y no sé si quiero hacerlo, pero voy a tener a mi primera hija en pocos meses. Mi madre me ayudará con los cuidados de la familia.¿Irá mi hija a la universidad? ¿Podré permitirme que vaya? ¿Encontrará ella trabajo de lo que le guste? ¿Podrá elegir? ¿Qué contará sobre su madre?