Hoy ese niño tiene que morir.
Si no fuese por tanto griterío y tantas luces, estaría hasta contento. Pero tengo que canalizar toda mi energía en concentrarme para hacer lo que he venido a hacer aquí. Que no es sonreír, ni saludar a cientos de personas con la mano ni tirar caramelos a los niños, aunque es lo que llevo haciendo desde hace un rato. La leyenda urbana de tirarlos a dar a los ojos suena tentadora. Pero no hay que levantar sospechas.
Hoy, ese cabrón va a saber lo que se siente. Va a sentir el dolor más fuerte que existe en la Naturaleza. Hoy voy a cerrar un capítulo que lleva abierto demasiado tiempo.
Pero, claro, hacerlo justo hoy y justo aquí es más duro. Porque no puedo evitar que me venga a la mente la sucesión de imágenes de la cabalgata del año pasado, en la que nadie se podía imaginar lo que iba a pasar. En la que Max sonrió por última vez. En la que Max gritó de júbilo por última vez. En la que Max abrió su último caramelo. Había tanta gente y tanto ruido como hoy, pero aun así nunca se me irá de la cabeza lo que pasó: cómo aquel Gaspar tiró un puñado de caramelos a demasiada altura, cómo aquel padre, tan desesperado como los niños, saltó para cogerlos y cómo, al hacerlo, empujó a Max a la calzada justo cuando pasaba la carroza. Y cómo el silencio de repente te envuelve, aun habiendo cientos de personas gritando a tu alrededor, tanto los que gritan de horror como los que aun no se han enterado de lo que acaba de pasar.
El tiempo lo cura todo, dicen. Hijos de puta, no tenéis ni idea. No me iba a quedar de brazos cruzados. No tengo ni idea de lo que pasará después, aunque me lo imagino. Y no me importa. Llevo en una cárcel mental ya un año entero. Y se que él no está hoy aquí, nadie volvería. Pero su hijo sí, él no se enteró de lo que hizo su padre y no le van a privar de este momento tan mágico.
Lo veo. Sí, es él. Míralo, tan contento e inocente, igual que Max. No ver su cara hará que no merezca tanto la pena, pero tengo que hacerlo. Me costó demasiado convencer a la asociación de participar en la cabalgata de este año, no hay vuelta atrás. Ya está muy cerca. Vaya, sus ojos se han posado en los míos. Está contentísimo viendo que Gaspar le mira. Es tan inocente... Es ahora o nunca.
«Carbón»
436 palabras
3 minutos
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Reto creativo
«Que surja la magia»
Crea una historia de fantasía que incluya a los Reyes Magos como personajes principales. ¿Qué sucedería si los Reyes Magos tuvieran una misión más grande de lo que se cree?
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Buen relato, enhorabuena.
Saludos Insurgentes