Cuando te fuiste, dejé de dormir por las noches y vivir por el día. No puedo recordar cuando empezó todo, pero cada noche desde la cama puedo percibir tu sombra en el escritorio, ver las páginas de tu cuaderno pasar y oír el desliz de tu pluma sobre el papel. Pero allí no hay nadie, no hay nada. Solo tu cuaderno sobre la mesa, muerto.Por las mañanas al amanecer, me encuentro tirada en nuestra cama, despierta y abrazada a tu almohada intentando encontrar tu olor, tu calor. Han pasado días, semanas y sigo buscándote, sigo esperando que aparezcas, como cuando sabes que has perdido las llaves pero que están en casa y simplemente no sabes dónde las has dejado. Yo tampoco sabía cuándo te había marchar sin una explicación, sin una última mirada, sin un beso de despedida. Pero tu sigues en casa.Con el sol ya alto me levanto con gran esfuerzo, no quiero salir de mi refugio, ni de tu calor inexistente, ni de tu olor que solo habita en mi cabeza. Me acerco temblando a tu mesa de trabajo y allí están otra vez esas páginas escritas no sé por quién, con una historia nueva. Un simple párrafo, una sola página, a veces un capítulo entero donde se describe con detalle inaudito nuestra historia no ocurrida, nuestro día no pasado, nuestra vida sin final. Pero solo es papel, son letras no escritas, palabras no pronunciadas porque en la realidad tu ya no estás, no puedes volver, no te puedo encontrar.
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Raquel_RC
Apasionada de los libros, me relaja escribir y me chiflan los retos...;-)
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