«En mi bucle temporal»

La alarma me despertó a las 05:30. Tardé unos segundos en reaccionar. Aún dormido, me dirigí al baño y me lavé la cara con agua abundante para despejarme. Me puse mi mono gris y entré en la cocina. Encendí la cafetera. Hoy tenía 8 minutos para desayunar. Tendría que hacerlo de pie, nuevamente.Me monté en el tranvía a las 05:50. Hoy podría tomarme el segundo café antes de sentarme en mi puesto, pensé, esperanzado. Miré a mi alrededor. Vi monos de trabajo de médicos, maestros, comerciantes… La inmensa mayoría con caras de sueño, rostros que, en general, transmitían cansancio y cierta desesperanza. Seguramente todos teníamos el mismo aspecto mirados desde fuera. Me fijé entonces en la señora que estaba sentada a mi izquierda. Tendría cerca de 80 años y llevaba un mono de Maestra. Me acordé de mi madre. Hacía poco más de dos años que había fallecido poco tiempo después de haber cumplido los 80 y haber podido jubilarse. Eso sí que era triste. Toda la vida trabajando sin descanso para poder llevar una vida medianamente decente, y esta le deja de lado justo cuando realmente podía empezar a disfrutarla…Por lo menos llegó a saber lo que era ir de vacaciones, como ella misma me contó. Muchos años atrás, las personas podían permitirse viajar. Mucho antes de tener que hipotecarte durante 50 años, o más, para poder pagar tu casa domótica, tu coche eléctrico autorecargable, tu móvil último modelo con acceso ilimitado a todos los últimos avances que se fueran incorporando…Entré en mi empresa a las 06:20 y fiché con mi huella dactilar. Me quedaban 12 horas por delante y 5 para los 15 minutos del almuerzo. Me senté con mi sucedáneo de café justo cuando sonaba la alarma del primer turno.