«En sus orillas soy otra»

Sus besos acarician mis pies desnudos,
haciéndome sentir llena,
haciéndome sentir amada.

Una suave brisa,
que me envuelve cual abrazo;
como el de un amante
que siempre está a mi lado.

No tiene muros,
ni fronteras;
tan solo un horizonte,
que invita estas letras.

Ese olor a sal,
que llena mis pulmones,
recordándome que de pequeña,
viví en estos rincones.

No juzga ni critica,
te deja flotar como un barco,
sin hacer preguntas,
que ha perdido el ancla y va a la deriva.

Con característicos sonidos
que me hacen reír pero también llorar.
Recordando una vida,
que hace tiempo que dejé atrás.

En sus aguas soy otra,
me convierto en una sirena,
que viaja sin tener en cuenta la hora.
y antes de entrar,
siempre le pido a Poseidón que me deje jugar.
Pues su reino me siento como en mi hogar.

Cuando floto, con la sal besando mis labios;
No puedo evitar sonreír;
Sintiéndome tan libre como Espronceda
pues el yugo del esclavo como un bravo sacudí.

En sus costas nací,
con sus olas crecí,
con su alimento me alimenté,
y sus vientos me vieron crecer.

La mar es para mí como una madre,
que en sus brazos me acunó;
cantándome una canción,
que ni el paso de los años le quita amor.

Puedo ser un pirata a la fuga,
puedo ser un náufrago pidiendo ayuda,
en el mar puedo ser lo que quiera,
pues como dije, éste no juzga.