Percibo con anhelo el paisaje veraniego
lo recibo con satisfacción y gozo
Pues a sus perfectos colores me apego
Para pintar sobre mi grandioso lienzo.
Sus abundantes frutos son un placer
Como los delicados besos en el ocaso
Y los extraordinarios secretos al atardecer
Como un amor apasionado y asombroso.
Me recupero en el acalorado estío
Pues es tiempo de sueños y sosiego
Después de un invierno frío y sombrío
Al bienaventurado sol me entrego.
Saludos Insurgentes