FOLLAS NOVAS
Siempre que voy a algún lugar procuro investigar sus librerías. Visitar O Porto y no ir a la librería “ livraria Lello” es como un libro sin sus tapas; A pesar de la multitud que se agolpa más por la fama en detrimento del valor en sí mismo, se visita, pero pierde el romanticismo y la realidad del lugar.
Hoy, “día de las librerías” la entrevista de la radio llama mi atención; En ella, un librero de Santiago de Compostela, Rafael Silva, dueño de una librería desde hace 50 años mantiene la esencia, respeto y valor por la cultura. Confiesa que visita el establecimiento cada día, a pesar de estar jubilado, y cuenta la historia de un local que nace en los años 70, y toma el nombre de una de las obras de la gran Rosalía de Castro. Por ello, mucha gente dirigió su mirada hacia la política, catalogándolo de galleguista, lo cual niega, a favor de un único fin… la divulgación de la cultura.
Los nuevos centros comerciales, alejaron a la gente del pequeño comercio, pero Don Rafael amplió su negocio. Sorprende, pues es una librería, pero me alegra oír la voz de la felicidad en un hombre que luchó por una idea y hoy, 50 años después, no solo se mantiene, sino que crece y es reconocida: El libro de Alfonso X el sabio o panfletos antiguos son su tesoro.
Una librería es un mundo lleno de historias, lugares o personajes en los que me gusta sumergirme. Independientemente de lo que pone Bea en su escaparate o lo que veo en las editoriales, su ayuda me permite descubrir maravillas: “Tea rooms” o “Gentleman Jack” son algunos ricos y maravillosos consejos , a parte de su conversación.
Gracias.
Saludos Insurgentes