Si vas a leer esto, no te preocupes. Al cabo de un par de páginas ya no querrás estar aquí. Así que olvídalo. Aléjate de este lugar. Y no mires hacia atrás. Tienes toda la vida por delante y no debes desperdiciar ni tan siquiera un minuto de tu vida en este lugar. Sabes de sobra lo que ocurrirá si te quedas. No lo podrás evitar.
En otro momento y lugar las cosas podrían haber sido diferentes. En cambio, ya ves. Aquí estamos. Tú leyendo estas palabras y yo… en fin, ya sabes.
Me he entregado con todo mi cuerpo y mi alma a ayudar a los demás y hacer lo que yo consideraba lo correcto. Los otros no opinan lo mismo. Por eso me han obligado a tomar esta decisión. Una decisión que te dejo por escrito en este papel áspero y sin color. No me juzgues por lo que he hecho. No tiene sentido. No he tenido opción. Dicen que siempre tenemos la opción de escoger. No estoy de acuerdo. Yo no la tuve. Quizás tú en este momento sí la tengas. Puedes dejar de leer ahora mismo y olvidarte de este punto o, por el contrario, puede saber la verdad. Conocer los hechos tal y como fueron. Y no las mentiras que cuentan.
Mi versión es la genuina, ya que yo he sido el protagonista. Ellos solo cuentan su sesgada opinión de los hechos. No estuvieron allí presentes. No sufrieron en sus carnes lo que yo sí he vivido. Ello no han pagado el precio. Yo sí he pagado el precio. He pagado con mi vida.
Si estás preparado para leer la verdad, continúa. Si no, déjalo ahora mismo y sigue hacia delante. Vive tu vida y olvídame.
Tú decides.