«La misión más mágica»

Melchor, Gaspar y Baltasar se encontraban reunidos para ultimar los detalles antes del gran viaje. Habían recibido buenas noticias desde el laboratorio de los pajes, por lo tanto era de mayor importancia que se reunieran.

— Señores; como ya sabéis, parte de nuestros pajes, después de muchos meses investigando sobre la cura, han encontrado la solución — Expresó Melchor entusiasmado.
— Qué alegría. La mejor magia del mundo será la cura de esos niños — Dijo Baltasar con emoción en sus ojos.
— Este año tendremos más trabajo, necesitaremos ayuda para que ningún niño se quede sin regalo después de entregar la cura por todo el territorio — Dijo Gaspar con decisión.
— Correcto. Nuestra misión más importante será lograr que todos esos niños hospitalizados reciban la cura. Después nos encargaremos de repartir los regalos a la velocidad del viento. Con la ayuda de nuestros pajes lograremos este maravilloso reto que nos ha regalado nuestra magia — Indicó Melchor orgulloso.

Dos días después, los pajes preparaban la mercancía sobre los camellos. Sacos enormes repletos de regalos para hacer felices a todos los niños del mundo, incluyendo la cura de los enfermos.
Este año sería recordado por todos, habían trabajado duro, sin embargo no les importó, pues solamente con ver la sonrisa en los rostros de todos esos niños, el esfuerzo habría valido la pena.

— Pablo, ¿ya está todo listo? — Preguntó Melchor mientras terminaba de colocarse los guantes.
— Por supuesto su majestad. Regalos en los sacos, la cura bien guardada en su caja, y el equipo de pajes que os ayudará en este largo camino, listos señor — Contestó Pablo el encargado de la operación salida.
— Gracias por todo Pablo. Nos vemos mañana, en el desayuno. Por cierto, me gustaría que me prepararan un buen tazón de chocolate con churros para mi llegada —.
— ¡Oh! hablando del desayuno, encárgate de que me tengan preparado un buen plato de huevos revueltos con bacon —Dijo Gaspar a la vez que se acomodaba en el asiento de su camello.
— De acuerdo su majestad. Señor Baltasar ¿le pido algo en concreto para su desayuno? — Preguntó Pablo.
— Lo de siempre. Un bol de cereales y algo de fruta. Me acostaré pronto y no quiero atiborrarme —.

Volaron alto, habían hechizado a los camellos para que volaran a la velocidad de la luz. Comenzaron por África y al llegar a Europa, algunos médicos comenzaron a dar el aviso de aquel milagro que acababa de suceder.
El último regalo fue entregado cuando los rayos de sol comenzaron a entrar por la ventana de Mary, la pequeña que tanto había conmocionado a Baltasar al leer su carta unos meses atrás.

"Queridos Reyes Magos, especialmente a mi preferido; Baltasar:
Este año solo quiero pediros una cosa, la cura de mi hermanita
y de todos los niños enfermos del mundo.
Me da pena no poder jugar con ella, dice mi papá que debo dejarla 
descansar porque está muy cansada.
Os quiere,
                                             Mary."