Juventud, un tiempo de inocencia y luz,
Cuando la muerte es un enigma, un suspiro,
Nos encuentra desprevenidos, sin escudo,
Y enfrentamos el duelo con corazón herido.
La partida de un ser querido, un abismo,
En la juventud, nos deja confundidos,
Aprendemos, lentamente, a lidiar con el síntoma,
De que la vida es frágil, y a veces, se va perdida.
El tiempo nos enseña a comprender la partida,
A sanar heridas y a encontrar la calma,
Pero la juventud, con su corazón herido,
A menudo encuentra en la muerte un drama.
espero poder leer pronto tu poemario